– ?Estan seguros de que no se ha muerto de frio, sin mas ni mas? -pregunta-. ?Por que tiene que haber sido un asesinato?
– Ah, esta clarisimo que ha sido un asesinato -contesta el viejo con cara de saberselo todo-. Lo que me sorprende es que se tomen tantas molestias por un don nadie.
A la hora de la cena, Matryona no habla mas que del asesinato. Esta exaltada: le brillan los ojos, las palabras le salen a borbotones. Por lo que a el respecta, tambien tiene que contar su propia historia, pero habra de esperar hasta que su madre la apacigue y se la lleve a dormir.
Cuando cree que la nina esta dormida, comienza a contarle a Anna Sergeyevna su encuentro con Nechaev. Habla con dulzura, consciente de que el susurro de los adultos -traicionero, fascinante- puede desgarrar el sueno mas profundo de los ninos.
Anna Sergeyevna reconoce el nombre de Nechaev, pero parece que solo tiene una vaguisima idea de quien es. No obstante, esta dispuesta a darle un consejo, y su consejo no puede ser mas firme.
– Tiene que asistir a la cita. No podra descansar tranquilo hasta que no sepa que ocurrio realmente.
– Pero es que ya se que ocurrio. No necesito saber nada mas.
Ella hace un gesto de impaciencia. Esa falta de nervio tan propia de el, para ella no tiene ni pies ni cabeza: ella no ve mas que apatia. ?Como va a conseguir el que lo entienda? Para hacerla entender, tendria que hablar con una voz que surgiera desde el fondo del agua, una voz clara y campanuda, de muchacho, que le suplicara algo desde la mas profunda oscuridad «?Cantame algo, querido padre!», tendria que decir esa voz, y ella tendria que prestar toda su atencion. En algun rincon, dentro de si, tendria que encontrar no ya la voz, sino tambien las palabras, las palabras verdaderas. Aqui y ahora carece de las palabras. Quiza -tiene un presentimiento- le estan esperando en alguna de las antiguas baladas. Pero la balada no esta en ningun libro: esta en algun lugar, en el corazon del pueblo ruso, que el no alcanza. O quiza se encuentre en el corazon de un nino.
– Pavel no es vengativo -dice por fin para zanjar la disputa-. Sea quien sea el que lo mato, eso ya es agua pasada. Se ha cortado la cuerda, esta libre de esa persona. Quiero que el me lo ensene. No quiero que me emponzone el deseo de venganza.
Hay mucho mas que decir, pero ahora no puede. Como, por ejemplo, que Pavel no tiene ganas de relatar como cayo al vacio. Que Pavel por encima de todo esta solo, y que en su soledad necesita arrullos y consuelo, que necesita garantias de que no sera abandonado al fondo de las aguas.
Se hace el silencio entre la mujer y el. Desde el domingo, es la primera vez en que estan solos los dos. Ella parece fatigada. Tiene alicaidos los hombros, las manos flaccidas, arrugas en el cuello. Es mas vieja que su esposa, vuelve a recapacitar: no es de una generacion anterior, pero por poco. Ojala no hubiese tenido que verlo. Es demasiado reciente su regreso tras el encuentro con Nechaev, joven y demoniaco, pictorico de energia, tal como son todos los demonios inferiores. Impulsivamente, le toma de la mano. Ella levanta la mirada sorprendida.
– Yo no le apremio a la venganza -dice ella con lentitud-. Tiene toda la razon, Pavel no era de natural vengativo, pero si tenia muy claro que es lo correcto, que es justo. No falte a su cita. Descubra todo lo que pueda. Si no, nunca quedara en paz consigo mismo.
El aun le sostiene la mano. En ella nota una leve presion que responde a la suya, y que solo puede ser amabilidad.
Justicia reflexiona. Una gran palabra, tal vez demasiado grande. ?Puede trazar alguien una linea precisa entre la justicia y el animo de venganza? -como ella parece atonita, anade-: ?No es esa la originalidad de Nechaev, hacerse llamar la Venganza del Pueblo, y no la Justicia del Pueblo? Al menos es sincero.
– ?De veras? ?Es eso lo que el pueblo quiere oir, que es la venganza lo que persigue con tanto ahinco, y no la justicia? Yo no lo creo. ?Por que iba a tomarse en serio el pueblo a Nechaev? ?Por que iba a tomarselo nadie en serio, si no es mas que un estudiante, un joven excitable? Despues de todo, ?que poderes tiene?
– No es el poder de la vida, desde luego, sino el poder de la muerte. Si lleva dentro el animo necesario para hacerlo, el nino puede matar igual que mata el hombre. Es posible que esa sea la originalidad de Nechaev: que dice con todas las letras lo que nosotros ni siquiera osamos imaginar acerca de nuestros hijos, aparte de ser portavoz de algo insensato y brutal que ahora arrasa en la joven Rusia. Nosotros no queremos saberlo, y hacemos oidos sordos. Luego viene el con el hacha y vera si lo oimos, ya vera.
La mano de ella, que ha tenido vida propia, de pronto se vuelve inerte. Es una mujer de sentimiento, piensa el cuando la suelta. Como su hija. Y puede que se sienta herida con la misma facilidad.
Desea abrazarla, estrecharla, reparar lo que se haya fracturado. Tendria que poner fin a esta conversacion, que a ella solo le repele, la lleva a perder afecto. Pero no lo hace.
– Al fin y al cabo, nunca sera posible reclutar a nadie para la causa si se invoca un espiritu que a la gente le resulte ajeno, que nada signifique. Nechaev tiene discipulos y seguidores entre los jovenes porque hay en ellos un espiritu que responde al espiritu que el encarna. El no lo explica de esta manera, por supuesto. El dice ser un materialista. Pero eso no es mas que la jerga que se lleva ahora. La verdad, para mi, es que tienen lo que los griegos llamaban daimon. Ese daimon le habla directamente, y es la fuente de su energia.
Vuelve a decirse: ahora he de callar, solo que esas palabras secas y mortales siguen viniendole a los labios. Sabe que ha perdido el contacto que le unia a ella.
Ese mismo daimon tuvo que estar en Pavel. Si no, ?por que habria respondido Pavel a su llamamiento? Es grato pensar que Pavel no era de talante vengativo. Es grato pensar bien de los muertos. Pero eso a el solo le adula. No nos pongamos sentimentales; en la vida de cada dia fue tan vengativo como cualquier otro joven.
Ella se ha puesto en pie. El cree saber que palabra va a decir ella; aunque solo sea por las formas, esta listo para defenderse.
– Yo no se nada de ese anarquista, de ese Nechaev dice ella-, pero a medida que le escucho hablar, se me hace dificil saber cual de los dos, Nechaev o usted, desea mas que Pavel perteneciese a ese partido de la venganza. Yo no soy nada de Pavel, no soy su madre, ni mucho menos, pero a el y a su memoria les debo mi protesta. Nechaev y usted deberian librar sus pugnas sin arrastrarlo a el a la pelea.
– Nechaev no es un anarquista. Ese es el error que comete todo el mundo. Es otra cosa muy distinta.
– Anarquista, nihilista o lo que sea, ?no quiero oir ni una palabra mas! ?No quiero que las luchas intestinas y el odio se adentren en mi casa! ?Bastante alterada esta ya Matryona; no quiero que se contagie mas de todo esto!
– No es anarquista ni tampoco nihilista -prosigue el con terquedad. Al ponerle etiquetas, se le escapa lo que tiene de unico. El no actua en nombre de las ideas; actua cuando siente que la accion se le agita en el cuerpo. Es un sensualista, un extremista de los sentidos. Aspira a vivir en un cuerpo al limite de la sensacion, al limite del conocimiento corporal. Por eso puede decir que
Hace una pausa; de nuevo cree saber que quiere decirle ella. Mejor dicho, sabe que quiere decirle, aunque ella no lo sepa:
– ?Por que cree que escoge el hacha? -sigue diciendo-. Si se para a pensar en el hacha, en lo que significa…
Alza las manos en un gesto de desesperacion. No acierta a encontrar con decencia las palabras adecuadas. El hacha, el instrumento de la venganza del pueblo, el arma del pueblo, tosca, pesada, incontestable… oscila gracias al peso del cuerpo que la empuna, un cuerpo y un peso vital de odio y de resentimiento, almacenados en ese cuerpo, balanceados con siniestro placer.
Se hace el silencio entre ellos.
– Hay personas a quienes las sensaciones no les llegan por medios naturales -dice por fin, mas ponderado-. Asi se me presenta Sergei Nechaev desde el principio un hombre que, por ejemplo, no podria mantener una relacion natural con su mujer. Me pregunte incluso si no seria eso lo que esta detras de sus multiples resentimientos. Pero tal vez asi haya de ser en el futuro: ya no se tendran sensaciones por los medios de antano. Esos medios se habran agotado del todo. Me refiero al amor. Habra quedado gastado, agotado. Y habra que encontrar nuevos medios.
– Ya basta -dice ella-. No quiero hablar mas. Son mas de las nueve. Si tiene la amabilidad de irse… El se pone en pie, inclina la cabeza, se marcha.
A las diez en punto acude a la cita en la Fontanka. Sopla un viento huracanado, llueve a rafagas y se erizan