– Llevaba una gorra.

– ?Que clase de gorra?

– No podria decirlo.

Senti que la humillacion me encendia las mejillas.

– ?Habia alguna otra persona presente cuando ocurrio?

– No. Lo comprobe. Mire, todo este asunto podria haber sido solo un accidente. Tal vez solo se trataba de un crio en el Volvo de papa.

– ?Es eso lo que cree? -Sus ojos color apio estaban clavados en los mios.

– No. No lo se.

Apoye las manos en la mesa, las retire y un poco de cerveza se derramo sobre los tejanos.

– Mientras estaba en la reserva se me ocurrio algo que nos podria ser util -dije, cambiando de tema.

– ?Oh! ?Ah, si?

Describi la investigacion del hueso del pie y les explique como podian utilizarse las medidas para determinar la raza del sujeto.

– Con este metodo incluso podria saber sus preferencias politicas.

– Manana hablare con los familiares de Daniel Wahnetah. -Agito el hielo de su Seven Up-. Pero he descubierto algunos hechos interesantes relacionados con George Adair.

– ?El pescador desaparecido?

Crowe asintio.

– El ano pasado Adair visito a su medico una docena de veces. Siete de esas visitas se debieron a problemas de garganta. Las otras cinco por dolores en los pies.

– Es un buen dato.

– Y aun hay mas. Hacia solo una semana que Adair habia desaparecido cuando su inconsolable viuda viajo a Las Vegas con su vecino.

Espere mientras bebia el Seven Up.

– El vecino es el mejor amigo de George Adair.

– ?Y su companero de pesca?

– Exacto.

Capitulo 12

A la manana siguiente dormi hasta las ocho, alimente a Boyd y tome una sobredosis de uno de los desayunos montaneses de Ruby. Mi anfitriona se habia encarinado con el perro y la Escritura de aquel dia estaba dedicada a los peces del mar, las aves del aire y las cosas que se arrastraban sobre la tierra. Me pregunte si Boyd podia ser considerado como una criatura que se arrastra, pero no dije nada.

Cuando abandone el comedor Ryan aun no habia aparecido. O bien se habia marchado muy temprano, tras saquear la cocina, o habia pasado de los pasteles calientes, el beicon y el maiz. La noche anterior habiamos regresado del Injun Joe a las once aproximadamente y el habia repetido su invitacion habitual. Yo le habia dejado en el porche delantero, meciendose solo en el columpio.

Estaba subiendo a Magnolia cuando comenzo a sonar el movil. Era Primrose que me llamaba desde el deposito.

– Debes haberte levantado con las gallinas.

– ?Has estado fuera? -pregunto.

– Aun no.

– Hace una manana preciosa.

– ?Has recibido el fax?

– Lo he recibido. He estudiado las descripciones y los diagramas y tomado todas las medidas.

– Eres asombrosa, Primrose.

Subi de dos en dos los ultimos escalones, corri a mi habitacion y abri el archivo del caso numero 387. Despues de tomar nota de las nuevas cifras, comparamos los datos de Primrose con los que yo ya tenia.

– Cada una de tus medidas difiere solo un milimetro de las mias -dije-. Eres buena.

– No te quepa la menor duda.

Segura de que el error entre los observadores no seria un problema, le agradeci su trabajo y le pregunte cuando podria conseguir el articulo. Me sugirio que nos encontrasemos en veinte minutos en la entrada del aparcamiento. En su opinion, era mejor que todavia no entrase en el deposito.

Primrose debia de estar controlando el lugar, ya que, tan pronto como deje la carretera, aparecio por la puerta trasera del deposito y comenzo a atravesar el aparcamiento, el baston en una mano y una bolsa de plastico en la otra.

Entretanto, el guardia se acerco a mi coche, leyo la matricula y comprobo el numero en su lista. Luego nego con la cabeza, levanto la mano en un gesto de prohibido el paso y con la otra me hizo senas para que diese media vuelta y me largara. Primrose se acerco al hombre e intercambio con el unas palabras.

El guardia continuo senalando y negando con la cabeza. Primrose se inclino mas y le dijo algo, una mujer negra mayor a un hombre blanco joven. El guardia puso los ojos en blanco, cruzo los brazos delante del pecho y la observo mientras Primrose continuaba hacia mi coche, un general de cinco estrellas con botas, mono de trabajo y un mono de abuela.

Apoyandose en el baston, me alcanzo la bolsa a traves de la ventanilla de mi lado. Su rostro permanecio serio durante un momento, luego una sonrisa le ilumino los ojos y me dio unas palmadas en el hombro.

– No permitas que este problema te quite el sueno, Tempe. Tu no has hecho ninguna de esas cosas y pronto se daran cuenta.

– Gracias, Primrose. Tienes razon, pero es duro.

– Por supuesto que lo es. Pero estoy contigo.

Su voz era tan sedante como uno de los conciertos de Brandeburgo.

– Mientras tanto, tomatelo con calma, maldita sea.

Luego se volvio y echo a andar hacia el deposito.

Muy pocas veces habia oido maldecir a Primrose Hobbs.

Cuando volvi a mi habitacion, saque el articulo enviado por fax, busque el Cuadro IV, compare las medidas e hice los calculos matematicos correspondientes.

El pie se incluia dentro de la clasificacion indio norteamericano.

Volvi a hacer los calculos empleando una segunda funcion. Aunque mas proximo al grupo de afroamericanos, el pie seguia incluido en el de los indios norteamericanos.

George Adair era blanco, Jeremiah Mitchell era negro. Eso en cuanto al pescador perdido y al hombre que le habia pedido prestada el hacha a su vecino.

A menos que hubiese regresado a la reserva, Daniel Wahnetah parecia la opcion mas segura.

Comprobe la hora. Las once menos cuarto. Bastante tarde.

La sheriff no estaba en su oficina. No. No la llamarian a su casa. No. No estaban autorizados a dar el numero de su busca.

?Se trataba de una emergencia? Le darian el mensaje de que yo habia llamado.

Maldita sea. ?Por que no le habia pedido a Crowe el numero de su busca?

Durante las dos horas siguientes me entregue a una serie de actividades irrelevantes, mas dirigidas a aliviar la tension que a alcanzar un objetivo concreto. Los conductistas lo llaman desplazamiento.

Despues de una sesion de lavanderia que incluyo lavar las bragas en el lavamanos del cuarto de bano, clasifique y organice el contenido de mi maletin, borre los archivos temporales de mi ordenador portatil, controle los movimientos del talonario de cheques y dispuse de otro modo la coleccion de animales de cristal de Ruby. Luego llame a mi hija, a mi hermana y a mi ex marido.

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