Saco un papel de su maletin y me lo dio. Mientras lo leia la camarera volvio a llenar las tazas de cafe. Cuando acabe de leer el documento levante la vista.
– Basicamente el informe coincide con lo que me dijiste el lunes en el laboratorio.
– Si. Excepto la parte que se refiere a las concentraciones de acidos caproico y heptanoico.
– La conclusion es que esas cantidades parecen inusualmente elevadas.
– Asi es.
– ?Y que significa eso?
– Habitualmente los niveles elevados de los AGV de cadenas mas largas significan que el cadaver ha estado expuesto al frio, o que experimento un periodo de decreciente actividad de insectos y bacterias.
– ?Altera eso de alguna manera tu calculo del tiempo transcurrido desde la muerte?
– Sigo pensando que la descomposicion comenzo a finales del verano.
– ?Entonces cual es el significado?
– No estoy seguro.
– ?Pero es algo normal?
– En realidad no.
– Genial. Eso servira para convertir a los incredulos.
– Tal vez esto nos resulte mas util. -Saco de su maletin un pequeno frasco de plastico-. Encontre esto cuando estaba filtrando el resto de la muestra de tierra que me trajiste.
El recipiente contenia una pequena astilla blanca, del tamano de un grano de arroz. Quite la tapa del frasco, coloque el diminuto objeto en la palma de la mano y lo examine con cuidado.
– Es un fragmento de la raiz de un diente -dije.
– Eso fue lo que yo pense, de modo que no lo trate con ninguna sustancia, solo le quite la tierra.
– ?Joder!
– Eso fue lo que pense.
– ?Lo examinaste bajo el microscopio?
– Si.
– ?Que aspecto tenia la pulpa?
– Estaba a rebosar.
Laslo y yo firmamos los impresos para poder quedarme con las pruebas, volvi a tapar el frasco y lo meti dentro de mi maletin.
– ?Puedo pedirte un ultimo favor?
– Por supuesto.
– Si mi coche ya esta reparado, ?podrias ayudarme a devolver el que estoy conduciendo y luego llevarme hasta el taller donde deje el mio?
– No hay problema.
Cuando llame al taller de P amp; T se habia producido el milagro: la reparacion estaba terminada. Laslo me siguio hasta High Ridge House, me llevo a P amp; T y luego siguio viaje a Asheville para asistir a la conferencia. Despues de una breve discusion sobre bombas y manguitos con una de las letras, pague la factura y me puse al volante.
Antes de abandonar el taller, encendi el telefono, busque un numero en la agenda y pulse «marcar».
– Laboratorio Criminal del Departamento de Policia de Charlotte-Mecklenburg.
– Con Ron Gillman, por favor.
– ?Quien le llama, por favor?
– Tempe Brennan.
Ron se puso al telefono pocos segundos despues.
– La tristemente celebre doctora Brennan.
– Te has enterado.
– Oh, si. ?Te tomaremos las huellas y formularemos los cargos contra ti aqui?
– Muy divertido.
– Supongo que no lo es. Ni siquiera preguntare si hay algo de cierto. ?Estas consiguiendo que se aclaren las cosas?
– Lo estoy intentando. Tal vez necesite un favor.
– Dime.
– Tengo un fragmento de diente y necesito un perfil de ADN. Luego quiero que compares ese perfil con otro que tu realizaste de la muestra de un hueso procedente del accidente del avion de TransSouth Air. ?Puedes hacerlo?
– No veo por que no.
– ?Cuando?
– ?Es urgente?
– Mucho.
– Le dare prioridad. ?Cuando puedes entregarme la nueva muestra?
Mire el reloj.
– A las dos.
– Llamare ahora al departamento de ADN para agilizar el tramite. Te vere a las dos.
Puse el coche en marcha y me incorpore al trafico. Antes de abandonar Bryson City tenia que hacer un par de cosas mas.
Capitulo 23
Esta vez la bruja de la biblioteca estaba sola.
– Solo necesito comprobar algunos detalles en el microfilm -dije con la mejor de mis sonrisas.
Su rostro compuso un menage a trois de emociones. Sorprendida. Recelosa. Inflexible.
– Me resultaria realmente muy util si pudiese llevarme varias bobinas a la vez. Fue usted tan amable ayer.
Su expresion se suavizo ligeramente. Suspirando sonoramente, fue hasta el armario, cogio seis cajas y las coloco sobre el mostrador.
– Muchisimas gracias -susurre.
Cuando me alejaba hacia la habitacion donde estaba el proyector oi el crujido de un taburete y supe que la bruja estaba estirando el cuello en mi direccion.
– ?Los portatiles estan terminantemente prohibidos en la biblioteca! -siseo a mis espaldas.
A diferencia de mi visita anterior, examine rapidamente el material microfilmado, tomando notas sobre temas concretos.
En menos de una hora tenia todo lo que necesitaba.
Tommy Albright no estaba en su despacho, pero una cansina voz femenina me prometio que le daria el mensaje. El patologo me llamo antes de que hubiese llegado a los suburbios de Bryson City.
– En 1959 un cherokee llamado Charlie Wayne Tramper murio como consecuencia del ataque de un oso. ?Crees que se conservara un archivo tan viejo?
– Tal vez si, tal vez no. Eso ocurrio antes de que centralizaramos los servicios. ?Que es lo que necesitas saber?
– ?Recuerdas el caso? -No podia creerlo.
– Diablos, si. Fui yo quien tuvo que examinar lo que quedaba de ese pobre tipo.
– ?Y que era lo que quedaba?
– Pensaba que ya lo habia visto todo, pero Tramper fue el peor. Esos cabrones le arrancaron las entranas. Y se llevaron la cabeza.