– No se ve por ninguna parte.

Pitt se nego a creerlo.

– No puede haber desaparecido. Tiene que estar alli.

Un minuto mas tarde, fue Lelasi quien levanto la cabeza.

– ?Lo tengo! ?Lo tengo!

– Ahora lo veo yo tambien -dijo Giordino-. Esta metido en un canon. Calculo que esta a una profundidad de aproximadamente cuarenta metros.

Pitt apago los motores. Le hizo un gesto a Lelasi.

– Lanza una boya para marcar la posicion, y ocupate de la lancha. Al y yo bajaremos.

Solo tenia que ponerse las aletas. Se las calzo y se dejo caer por la borda sin perder un segundo. Con un poderoso impulso atraveso la nube de burbujas provocada por su entrada en el agua.

Las paredes del canon estaban tan proximas que le sorprendio que el habitaculo hubiese caido hasta el fondo sin quedarse encajonado. Noto un cosquilleo en la boca del estomago y se detuvo durante un momento para respirar profundamente. Se preparaba para aquello que esperaba no encontrar, pero fue incapaz de alejar de su mente el pensamiento de que quiza llegaria demasiado tarde para salvarlos.

Visto desde arriba, el habitaculo parecia intacto. Era logico, a la vista de la solidez de su construccion. Giordino se le adelanto y le senalo la escotilla, aplastada contra la pared de coral. Pitt le respondio con un gesto. Luego contuvo el aliento y el corazon acelero los latidos cuando vio que estaban rotos los tanques que suministraban aire al interior.

Oh no, Dios mio, penso mientras nadaba para acercarse a la ventana. Que no se hayan quedado sin aire…

Con la espantosa sensacion de que era demasiado tarde, apreto el cristal de la mascara contra el plastico de la ventana, en un esfuerzo por ver en la penumbra interior. Habia una extrana media luz que se filtraba en el canon desde la superficie y era como mirar en una caverna llena de niebla.

Vio la silueta de Summer tendida sobre unas mantas en lo que ahora era el suelo del habitaculo. Le parecio que Dirk estaba a su lado, pero apoyado en los codos e inclinado sobre su hermana. Pitt casi grito de alegria al ver que Dirk se movia. Le pasaba la boquilla del regulador. Feliz a mas no poder al comprobar que sus hijos estaban vivos, golpeo la ventana con el mango de su cuchillo.

El medidor de presion marcaba la zona roja. Solo quedaban unos minutos para el final.

Dirk y Summer respiraban metodicamente para alargar al maximo la reserva de aire. El agua en el exterior del habitaculo habia pasado de un color azul verdoso a un gris verdoso a medida que se apagaba la luz del sol. Dirk miro su reloj sumergible SUB 300T Doxa de esfera naranja que le habia regalado su padre. Macaba las 19:45. Llevaban casi dieciseis horas encerrados en el habitaculo, sin comunicacion con el mundo exterior.

Summer yacia medio dormida. Solo abria los ojos cuando era su turno para respirar un par de bocanadas del aire de la botella a traves del regulador, mientras Dirk contenia la respiracion para aprovechar hasta la ultima molecula de oxigeno. Le parecio ver un movimiento en la ventana. En un primer momento la confusa mente de Summer creyo que solo se trataba de un pez de gran tamano, pero despues escucho unos golpes en la superficie de plastico transparente. Se sento bruscamente para mirar por encima del hombro de su hermano.

Se trataba de un buceador, que apretaba la mascara contra la ventana al tiempo que agitaba los brazos. Unos segundos mas tarde, aparecio otro buceador que tambien comenzo a gesticular animadamente al ver que los ocupantes del habitaculo seguian con vida.

Summer creyo que estaba experimentando la borrachera tipica de las profundidades, pero despues tomo conciencia de que los buceadores eran reales.

– ?Dirk! -grito-. ?Estan aqui, nos han encontrado!

El muchacho se volvio hacia la ventana, sin acabar de creer el anuncio de su hermana. Su incredulidad desaparecio en cuanto identifico a los buceadores.

– Oh, Dios mio, son papa y el tio Al…

Summer y Dirk apoyaron las manos en el plastico de la ventana y se echaron a reir mientras su padre apoyaba las manos contra las de ellos desde el otro lado. Luego cogio una tablilla que llevaba sujeta al cinto de lastre y escribio una pregunta antes de levantarla.

?AIRE?

Dirk busco apresuradamente entre los objetos tumbados en el interior de Pisces hasta que encontro una hoja de papel y un rotulador. Escribio la respuesta en letras mayusculas y apreto el papel contra la ventana.

PARA 10-15 MIN

– Eso es apurar mucho las cosas -comento Giordino.

– Muchisimo -admitio Pitt.

– No hay manera de cortar el plastico antes de que se les acabe el aire. -Giordino detestaba decirlo, pero tenia que hacerlo-. Solo un misil podria romper la ventana y, aunque eso fuese posible, la presion del agua a estas profundidades entraria en el habitaculo con la fuerza de una carga de dinamita en el interior de un tubo. Los aplastaria.

Giordino nunca dejaba de asombrarse ante la frialdad y la capacidad analitica de la mente de Pitt. Cualquier otro hombre se hubiera dejado dominar por el panico al saber que a sus hijos les quedaban apenas unos pocos minutos antes de sufrir una muerte horrible. Pero no era ese el caso de Pitt. Permanecio quieto en el agua como si estuviese contemplando los languidos movimientos de un pez tropical. Durante varios segundos parecio como si fuese ajeno al drama. Cuando hablo, lo hizo con toda naturalidad.

– Paul, ?me recibes?

– Te recibo y comprendo tu dilema. ?Que puedo hacer desde aqui?

– En tu taller tienes que tener un taladro submarino Morton, ?no es asi?

– Efectivamente. Tenemos uno a bordo.

– Tenlo preparado en la rampa para cuando lleguemos y asegurate de que tenga colocada la sierra de copa mas grande.

– ?Alguna cosa mas?

– Otro par de botellas de aire con reguladores.

– Lo tendras todo en la rampa cuando llegues.

Pitt escribio de nuevo en la pizarra y la apoyo contra la ventana.

VUELVO EN 10 MIN

Giordino y Pitt se apartaron de la ventana para volver a la superficie.

Para Summer y Dirk, ver que Pitt y Giordino desaparecian de la vista para dirigirse a la superficie, fue como si un aguacero cayera sobre una fiesta sorpresa de cumpleanos organizada en un jardin. Habian recuperado el animo al verlos, pero tras su marcha todo volvia a ser desesperante.

– Hubiera preferido que no se marcharan -declaro Summer en voz baja.

– No te preocupes. Saben cuanto aire nos queda. Estaran de regreso antes de que te des cuenta.

– ?Como crees que haran para sacarnos de aqui? -pregunto Summer.

– Si hay quien pueda obrar milagros, esos son papa y Al.

Summer miro de nuevo la aguja en el medidor de la botella. Oscilaba cada vez mas cerca del cero.

– Sera mejor que se den prisa.

Barnum tenia las botellas y el taladro submarino Morton preparados para que Pitt los recogiera. Pitt viro con la neumatica en una vuelta muy cerrada y la detuvo al pie de la rampa.

– Gracias, Paul.

– A mandar -respondio Barnum, con una sonrisa.

Cargaron los equipos en un santiamen y Pitt emprendio a toda velocidad el camino de regreso hacia la boya que marcaba la posicion del Pisces.

Lelasi arrojo el ancla mientras Giordino y Pitt se ponian las mascaras y se dejaban caer por la borda. Pitt no utilizo el compensador para conseguir una flotabilidad neta con el taladro Morton, que pesaba diez kilos; en lugar de ello, dejo que el peso lo arrastrara hasta el fondo en menos de un minuto, y solo trago un par de veces para nivelar la presion en los oidos. En cuanto apoyo las aletas en la arena del fondo, apreto la sierra contra el plastico

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