diferenciaba muy poco del que reinaba en el tropico. En el aeropuerto gubernamental privado, a unos pocos kilometros al norte de la ciudad, no se veian otros aviones. Giordino, Dirk y Summer lo seguian por la escalerilla y pisaban el cemento de la pista, tan caliente que se habrian podido freir huevos.
El unico vehiculo que esperaba en el aparcamiento era un prodigioso Marmon modelo 1931, con motor de dieciseis cilindros en V. Era un coche fantastico, con estilo y clase, noble y elegante, dotado con la mecanica mas avanzada de su epoca. Solo se habian fabricado trescientos noventa y era magicamente suave y silencioso, incluso cuando entregaba toda la potencia de sus ciento noventa y dos caballos. Pintada de un color rosa suave, la carroceria respondia perfectamente a los anuncios de Marmon, que lo presentaron como “el coche mas avanzado del mundo”.
La mujer que estaba a su lado rivalizaba en belleza y elegancia con el coche. Alta y cautivadora, los cabellos color canela que le llegaban hasta los hombros resplandecian bajo el sol, y enmarcaban un hermoso rostro con los pomulos altos de las modelos y ojos de un suave color violeta. La congresista Loren Smith esperaba tranquila y radiante. Vestia una blusa blanca de encaje, con un corte que resaltaba sus curvas y un pantalon de corte hindu con los bajos acampanados, que caian ligeramente sobre las zapatillas de lona blanca. Saludo al grupo con un gesto, sonrio y se acerco a Pitt y le dio un rapido beso en los labios antes de apartarse.
– Bienvenido a casa, marinero.
– Ojala tuviera un dolar por cada vez que me lo has dicho.
– Serias un hombre rico -replico ella, con una risa encantadora. Despues abrazo a Giordino, Summer y Dirk-. Me han dicho que habeis vivido una gran aventura.
– Si no fuera por papa y Al -manifesto Dirk-, Summer y yo llevariamos alas.
– En cuanto esteis instalados, quiero que me lo conteis todo.
Llevaron las maletas y los macutos hasta el coche, guardaron una parte en el maletero y el resto lo acomodaron en el suelo, en la parte de atras. Loren se sento al volante, que estaba al aire libre, y Pitt en el asiento del acompanante. Los demas se acomodaron en el compartimiento cerrado.
– ?Tenemos que llevar a Al a su casa en Alexandria? -pregunto Loren.
– Si. Despues ya podemos ir al hangar y asearnos un poco. El almirante quiere que estemos en su despacho a mediodia.
Loren miro el reloj en el tablero. Eran las 10:25. Fruncio el entrecejo mientras cambiaba de marchas como un profesional del volante y pregunto con un tono caustico:
– ?Ni un minuto de descanso antes de volver al trabajo? Despues de lo que habeis pasado, ?no crees que abruma un poco?
– Sabes tan bien como yo que detras de ese aspecto aspero late el corazon de un hombre bondadoso. No nos meteria prisa si no fuese una cosa importante.
– Asi y todo -dijo la congresista, mientras el coche salia del aeropuerto despues de recibir la autorizacion de un guardia de seguridad armado-, os podria haber dado veinticuatro horas para recuperaros un poco.
– No tardaremos mucho en saber que se trae entre manos -murmuro Pitt, que hacia todo lo posible para no dormirse.
Quince minutos mas tarde, Loren llego a la verja que rodeaba el edificio donde vivia Giordino. Todavia soltero, no parecia tener prisa por cambiar de estado y, como solia decir, preferia ir “picoteando”. Loren lo habia visto muy pocas veces con la misma acompanante. Le habia presentado a sus amigas, a las que les habia parecido encantador e interesante, pero al cabo de un tiempo siempre buscaba alguna otra mujer. Pitt lo comparaba con un buscador de oro, que recorre un paraiso tropical pero que nunca lo encuentra en la playa a la sombra de las palmeras. Giordino recogio el macuto y se despidio.
– Hasta pronto… demasiado pronto.
No encontraron coches en el camino hasta el hangar-casa de Pitt, en un extremo desierto del aeropuerto nacional Ronald Reagan. Una vez mas, el guardia los dejo pasar cuando reconocio a Pitt.
Loren detuvo el coche delante de la entrada del viejo hangar, que habia sido utilizado por una compania aerea desde 1930 hasta casi 1950. Pitt la habia comprado para guardar su coleccion de coches antiguos y habia convertido los despachos de la planta alta en un apartamento. Dirk y Summer vivian en la planta baja, que tambien albergaba su coleccion de cincuenta coches, un par de viejos aviones y un vagon de ferrocarril Pullman que habia encontrado de desguace en Nueva York.
Loren espero a que Pitt utilizara el mando a distancia para desconectar el complicado sistema de alarma. En cuanto se abrio la puerta, entro con el Marmon y lo aparco entre una increible exposicion de hermosos automoviles clasicos que iban desde un Cadillac V8 de 1918 a un Rolls Royce Silver Dawn de 1955. Aparcados sobre el piso de resina blanca e iluminados por la luz que entraba por los tragaluces, los viejos coches proyectaban un deslumbrante arco iris.
Dirk y Summer se retiraron a sus apartamentos separados en el vagon Pullman. Pitt y Loren subieron al apartamento, donde Pitt se ducho y afeito mientras ella preparaba un almuerzo ligero para los cuatro. Pitt salio del bano al cabo de media hora, vestido con pantalon y camisa deportiva. Se sento a la mesa de la cocina y cogio la copa de Ramos Fizz que le ofrecio Loren.
– ?Has escuchado hablar alguna vez de una gran corporacion llamada Odyssey? -le pregunto a Loren, sin que viniera a cuento.
La congresista lo miro un tanto sorprendida.
– Si, formo parte de un comite que esta investigando sus actividades. No es un tema que haya aparecido en los periodicos. ?Como te has enterado de la investigacion?
Pitt se encogio de hombros con la mayor despreocupacion.
– No se nada. Ni siquiera sabia que estuvierais interesados en Specter.
– ?El misterioso fundador de la corporacion? Entonces, ?a que viene la pregunta?
– Pura curiosidad, nada mas. Specter es el propietario del hotel que Al y yo evitamos que acabara estrellado contra las rocas, por culpa del huracan Lizzie.
– Se sabe muy poco del hombre, mas alla de que posee un gran centro de investigacion cientifica en Nicaragua y esta involucrado en gigantescos proyectos de construccion y explotaciones mineras en todo el mundo. Algunas de sus actividades internacionales son legales; otras en cambio son bastante oscuras.
– ?Cuales son los proyectos en el pais?
– Canales de riego a traves de los desiertos en el sudoeste y algunos diques. Nada mas.
– ?Que investigan en Odyssey?
– No sabemos gran cosa, y dado que el centro esta en Nicaragua, no hay ninguna ley que los obligue a informar de sus experimentos. -Loren se encogio de hombros-. Los rumores dicen que estan con celdas de combustible, pero nadie sabe nada concreto. Nuestros servicios de inteligencia no consideran a Odyssey como un objtivo prioritario.
– ?Que hay de las construcciones?
– En su mayor parte son camaras y depositos subterraneos. La CIA ha escuchado rumores de que ha excavado cavernas para almacenar armas quimicas y nucleares fabricadas en paises como Corea del Norte, pero no tienen pruebas. Otros tantos trabajos son por cuenta de los chinos, que quieren mantener en secreto los programas de investigacion militar y los arsenales. Odyssey parece haberse especializado en la construccion de almacenes subterraneos, que ocultan de los satelites espias las actividades militares y las fabricas de armamento.
– Sin embargo Specter mando construir y explota un hotel flotante.
– Un juguete que utiliza para agasajar a sus clientes -explico Loren-. Esta en el negocio de la hosteleria solo como diversion.
– ?Quien es Specter? El director del
– No le gustara su trabajo.
– No es eso. Me dijo que no piensa seguir trabajando para Specter, porque abandono el hotel y se marcho en su avion antes de que llegara el huracan. Abandono a los huespedes y al personal, sin preocuparse en lo mas minimo de que pudieran morir.
– Specter es una persona muy misteriosa. Probablemente sea el unico presidente ejecutivo de una gran corporacion que no tiene un agente de relaciones publicas personal. Nunca concede entrevistas y apenas si se lo ve en publico. No hay ningun registro de su historial, de su familia o de donde estudio.