– Voy a meter tus vaqueros en la lavadora. No te vayas. Minutos mas tarde, regreso a la cocina.

– No me mires asi, Te prometo que te devolvere los pantalones.

Se arrodillo ante el y empezo a lavar su herida. Por suerte, no era demasiado profunda.

– Puede que esto te duela un poco.

– Desde luego que duele…

– Tengo un amigo que es medico, aunque se ha retirado, y…

– No.

– Vive cerca de aqui. Aceptara curarte si digo que eres mi sobrino. Compartimos muchos secretos. De hecho, le confiaria mi vida.

– Pero no sera su vida la que confie.

– Puede que tengas heridas internas. Podrias haber sufrido una conmocion, y es posible que necesites unos puntos.

– No necesito que me cosan la herida. Ademas, prometio que no llamaria a nadie.

– Lo se, y siento haberlo dicho. Pero preferiria romper mi promesa a dejar que murieras -declaro-. Eres demasiado joven para morir.

– ?Que esta diciendo? -pregunto, asustado.

– Tuteame. Me llamo Lily Pierron. Pero durante los proximos minutos, llamame tia Lily.

– No me quedare lo suficiente como para que pueda llamar a alguien.

Victor intento levantarse, pero la pierna le dolia tanto que tuvo que sentarse de nuevo. Poco tiempo despues, sono el timbre de la puerta. Habia llegado el medico.

– No abras, por favor… Lily.

– Lo siento. No puedo hacer otra cosa. Pero te aseguro que despues lo agradeceras.

– Ya. Ambos sabemos lo que valen tus promesas.

Lily hizo caso omiso de su ironia.

– Tengo que saber como te llamas.

– Vete al infierno.

– Debes decirmelo. Si queremos que el medico crea que eres mi sobrino tendre que llamarte por tu nombre. Y sinceramente, «Vete al infierno» no me parece un nombre muy bonito.

– Todd -mintio, sin mirarla a los ojos-. Todd Smith.

– Muy bien -asintio-. Vuelvo enseguida, Todd Smith. Y espero que seas tan inteligente como para seguir aqui.

Capitulo 16

En cuanto salio de la cocina, Santos se levanto. Pero de inmediato supo que no podria huir a ninguna parte. No solo estaba herido, sino que no llevaba pantalones.

– Maldita sea -dijo.

No tenia otro remedio que confiar en ella o marcharse corriendo con una toalla de bano a la cintura. Intento tranquilizarse un poco y volvio a sentarse de nuevo, pero su corazon latia a toda velocidad. Cerro los ojos. Estaba seguro de que en cualquier momento apareceria la policia para devolverlo a Nueva Orleans.

Y sin embargo, a pesar de todos sus temores, supo que Lily no iba a denunciarlo. Habia algo en ella que lo empujaba a confiar. Algo en sus calidos ojos.

En cualquier caso, estaba atrapado.

Un segundo mas tarde aparecio su «tia» Lily, acompanada por un hombre de cierta edad. No habia mentido. El hombre no llevaba mas arma que un maletin de medico.

Siguio el juego y se hizo pasar por su sobrino, aunque de todas formas el medico no hizo pregunta alguna que no fuera profesional.

Veinte minutos mas tarde, supo que viviria.

– Tienes unos cuantos aranazos y por la manana te dolera todo el cuerpo, pero has tenido suerte.

Recomendo a Lily que lo vigilara durante seis horas, que lo despertara cada dos si se dormia y que lo llamara de inmediato si surgia alguna complicacion. Acto seguido se marcho. Lily lo acompano a la puerta. Obviamente debia ser cierto que aquel hombre compartia muchos secretos con su benefactora.

Poco despues, Lily regreso a la cocina,

– ?Prefieres dormir en el sofa o en una de las habitaciones de arriba?

– En el sofa.

– Muy bien. Si necesitas que te ayude a caminar, o a…

– No, puedo hacerlo yo solo.

– Claro.

Sin mas palabras, se alejo de el. Al cabo de un rato Victor la siguio. La encontro en la biblioteca, esperando.

– Si esperas que me disculpe, pierdes el tiempo -fruncio el ceno.

– ?He pedido alguna disculpa? -pregunto ella-. A fin de cuentas, soy yo quien te las debo. En fin, espero que el sofa sea comodo.

– Si ya habias decidido que dormiria aqui, ?por que lo has preguntado?

– No habia planeado tal cosa. Simplemente sabia que preferirias el sofa. De todas formas, te di la oportunidad de elegir.

– ?De verdad? -pregunto-. ?Y como podias saberlo?

– Porque esta mas cerca de la salida, claro esta.

Habia acertado de lleno, y eso lo irrito.

– ?Que hay con respecto al anciano? ?Es tu novio o algo asi?

Lily hizo caso omiso de sus preguntas.

– Smith… Un apellido bastante comun, ?no es cierto?

– ?Es que no me crees?

– Yo no he dicho eso.

– No es necesario que lo digas -observo, mientras contemplaba la habitacion-. Es un poco barroca, ?no?

– Sirve para el proposito que queria. Si tienes frio puedo darte otra manta. Vendre a verte cada dos horas, de modo que no te asustes si entro.

Santos decidio aplicar una estrategia que habia aprendido viviendo con tantas familias de «alquiler». Quiso irritarla para que lo dejara en paz.

– ?Vives sola, Lily? -pregunto con sarcasmo.

– Si, Todd, vivo sola.

Aquello lo confundio. Esperaba que mintiera. Esperaba ver miedo en sus ojos, o desconfianza. Pero no fue asi. Habia contestado con sinceridad, y su actitud hizo que se sintiera culpable.

– ?Por que quieres saberlo? ?Es que vas a asesinarme mientras duermo? ?O a robarme?

– Eso no lo podras saber.

Lily rio, entre divertida y desesperada.

– No me importa el dinero, Todd, asi que no me molestaria que me robaras. Y en cuanto a asesinarme.., bueno, de todas formas no tengo ninguna razon para vivir.

Acto seguido se dio la vuelta y camino hacia la puerta. Antes de cerrar, anadio:

– Hagamos un trato, Todd. No espero nada de ti, de modo que no esperes nada de mi. No hagas preguntas y yo no las hare. Y si Todd Smith no es tu verdadero nombre, tampoco me importa.

El olor de la panceta lo desperto. De inmediato recordo todo lo sucedido la noche anterior y sintio miedo al pensar lo que podia haber sucedido si no hubiera conseguido escapar de su agresor, si Lily no se hubiera detenido a auxiliarlo, si el coche hubiera ido mas deprisa o si su benefactora hubiera llamado a la policia. Intento olvidarlo. Tenia que seguir adelante. No podia permitirse el lujo de vivir en el pasado. Debia concentrarse en el futuro; al menos por el momento estaba a salvo.

Se sento y gimio. Tal y como habia dicho el medico, le dolia todo el cuerpo. Se sentia como si lo hubiera

Вы читаете Fruta Prohibida
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату