– No lo sientas -declaro, mirandolo-. Me alegro de habertelo dicho. Queria que lo supieras.

Glory apoyo la mejilla en su pecho, mucho mas tranquila al escuchar los latidos de su corazon.

– Ella me roba todo lo que amo, destruye todo lo que me hace feliz. Siempre ha sido asi, y cuando sepa lo nuestro nos destruira.

– No lo permitire -murmuro-. Te prometo que no se interpondra entre nosotros. Ocurra lo que ocurra.

A pesar de sus palabras, Glory se dijo que no conseguiria detenerla. Pero no dijo nada. En cualquier caso, lo descubriria pronto. De momento preferia contentarse con vivir el presente; preferia actuar como si el futuro no existiera.

Entonces, lo beso.

Capitulo 27

La oscuridad la llamaba, claramente. No podia oir nada, salvo sus gritos. Hope colgo el telefono y se tapo las orejas con las manos. No estaba dispuesta a escuchar su llamada. No podia sucumbir.

Cayo de rodillas y apreto el rostro entre las piernas. Habia hecho un trato con la oscuridad y ahora tenia que pagarlo. Tenia que pagarlo definitivamente.

No dejaba de rezar. Rezaba todo lo que sabia, en una mezcla inconexa, obsesionada con alejar lo que ella consideraba el mal.

– No -murmuro.

Apreto los punos y se clavo las unas en las palmas. Debia luchar contra la llamada del maligno. Y poco a poco fue consiguiendo que su voz se diluyera, que el rumor del caos se convirtiera en un simple murmullo.

Hasta que al final, solo hubo silencio.

Permanecio de rodillas varios minutos, cansada por el esfuerzo de la batalla. Su corazon empezo a latir mas despacio y la domino una profunda sensacion de triunfo. Creia haber vencido a la bestia de nuevo, cuando apenas habia logrado detener un evidente sintoma de esquizofrenia.

Se levanto a duras penas. Camino hacia la comoda y se sento frente al espejo. Busco en su reflejo un signo de la oscuridad, pero no vio nada. Sonrio, se quito las horquillas del pelo y empezo a cepillarlo. Doscientas veces, tal y como hacia de pequena.

Entonces recordo lo sucedido antes de la llamada de la oscuridad. Su madre habia llamado porque tenia problemas para conseguir el resto del dinero, y queria saber si necesitaba medio millon de dolares o si podia arreglarselas con algo menos. Al parecer, su contable le habia aconsejado que no vendiera todas sus propiedades.

Hope entrecerro los ojos. En su locura creia haber pasado toda la vida pagando unos supuestos pecados de su madre. Y en su locura encontraba indignante que ahora dudara en hacerle un favor. No podia creer que fuera tan estupida como para pensar que se habria rebajado a pedirle dinero de no haber sido porque no tenia mas remedio.

No, necesitaba la suma completa. Y asi se lo habia expresado, con un falso tono de desesperacion que a ella misma la asqueaba.

Penso en su marido y en la historia que le habia contado. Philip estaba convencido de que el dinero se lo habia prestado un primo suyo. Agradecido con la posibilidad de salvar al hotel, no habia hecho preguntas. Aunque sentia curiosidad. Hope lo notaba en sus ojos.

Sonrio a su reflejo. Philip era un completo idiota.

Mientras se miraba en el espejo vio que Glory se dirigia a su dormitorio caminando de puntillas.

– Glory Alexandra, ?eres tu?

Hope sonrio al oir como suspiraba. Su hija andaba en algo raro, aunque no supiera en que. Pero lo descubriria. Resultaba tan facil de manipular como su marido.

– Si, madre.

– Ven aqui, por favor.

Glory se quedo en el umbral, sin entrar, con los brazos cruzados.

– ?Que quieres?

– ?Que tal estuvo La mascara? -pregunto, para confusion de la joven-.. Me refiero a la pelicula.

– Oh. bien. A Liz le gusto mas que a mi.

– ?De verdad? -arqueo una ceja-. ?Y eso?

– No se, pero le gusto mas. ?Donde esta papa?

– En el hotel -contesto-. Ocupado en una de sus pequenas emergencias.

– ?Mama! ?Tienes sangre en la muneca!

Hope bajo la mirada y vio que del cepillo resbalaba un hilo de sangre, hacia su muneca. Su bata blanca se habia manchado. Aquello la confundio momentaneamente.

– ?Te encuentras bien? -pregunto la chica.

– No es nada -murmuro-. Solo un pequeno corte.

Hope tomo un panuelo y se limpio.

– No habras olvidado los eventos sociales de la proxima semana, ?verdad? -pregunto, mirandola a los ojos-. Empezando con el banquete de los Krewe.

– No, madre, no lo he olvidado.

– Me temo que no podras ver a cierta persona durante varias semanas.

Glory palidecio.

– ?A quien te refieres?

– A Liz, por supuesto. ?A quien si no?

– No, a nadie. Pero tu manera de decirlo parece un tanto extrana.

Hope la observo con intensidad durante unos segundos, antes de decir:

– Glory, si llego a saber que has estado mintiendome te castigare. Pero si descubro que has pecado contra Dios, te aseguro que lo pagaras con creces.

– No estoy haciendo nada malo, madre.

– Podria enviarte lejos de aqui, a donde no pudieras verte rodeada por tentaciones constantes, a lugares donde saben como controlar a chicas dificiles.

– ?Me enviarias lejos de aqui? -pregunto, asustada.

– No me gustaria tener que hacerlo. Se que echarias de menos a tus amigas, y tu casa. Pero lo hare en su caso. ?Entendido?

– Si.

– Muy bien -sonrio-. Pareces cansada. Manana tenemos que ir a misa, muy temprano. Vete a la cama.

– Dale las buenas noches a papa, de mi parte. Y dile que tengo que… Olvidalo.

Hope aparto la mirada de su hija y volvio a mirarse al espejo.

– Cierra la puerta cuando salgas.

Cuando se marcho, Hope. fue a dejar el cepillo sobre la comoda y tiro varios frasquitos de perfume. Despues, abrio las manos y vio que sus palmas estaban llenas de sangre.

Penso que eran la sangre de un sacrificio, como la sangre de Cristo en la cruz. Penso que la oscuridad estaba decidida a conseguir su cordero.

Se llevo las manos a la cara. El olor de la sangre se mezclo con el olor del perfume. Casi de inmediato sintio una punzada en el estomago y tuvo que salir corriendo al cuarto de bano para vomitar.

Capitulo 28

Liz cada vez estaba mas inquieta. Miro su reloj y fruncio el ceno. Glory habia quedado en encontrarse con ella a las nueve y cuarto en el servicio del hotel Fairmont. Pero ya habian pasado diez minutos y no llegaba.

Empezo a caminar de un lado a otro, nerviosa. Habia cometido un error al prestarse a aquel juego. Era una

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