tobillos.

– Intente protegerte -le dijo-. Siempre lo intente, sin rendirme nunca. Pero lo sabia. La vi en ti, y era muy fuerte.

Glory se humedecio los labios.

– ?Que es lo que viste?

– La bestia.

Dio un paso atras. Las palabras de su madre la habian herido como una punalada. Recordo su ninez, las ocasiones en que se habia despertado para ver a su madre mirandola como si fuera el diablo en persona. Gimio debilmente. Lo unico que deseaba era que su madre la quisiera.

Pero cuando Hope la miraba veia un monstruo.

– Es la maldicion -continuo Hope-. La herencia de mal de Pierron. Se transmite de madre a hija. Todas la tenemos. Somos pecadoras, sucumbimos. Me resisti tanto como pude -se llevo las manos a la cara-, pero era demasiado fuerte.

Glory trago saliva, pensando en lo que le habia dicho Santos sobre las aficiones de su madre.

– ?Asi que sucumbiste?

– Si -la miro con la cara llena de lagrimas-. Deseaba algo mejor para ti. Me propuse sacarte a la bestia. Me prometi que no caerias en esta sucesion de pecado. ?Es que no intente limpiarte?

Glory recordo la biblioteca, y al pequeno Danny. Se le hizo un nudo en el estomago.

Hope se aferro a sus munecas.

– Aun tienes tiempo. ?Lo entiendes?

Nego con la cabeza, mirando a su madre horrorizada. Estaba loca. Completamente loca.

– Necesitas ayuda, mama. Podemos conseguir que te ayuden.

– No hay ayuda. No puede haberla.

Corrio a las puertas de la terraza y las abrio. Se apoyo en la barandilla, en equilibrio, respirando profundamente.

– ?Mama! -la sujeto por detras, rodeandola con los brazos-. Te puedes caer. Apartate de ahi.

Su madre se debatio. Cayeron contra la barandilla, y la madera crujio. Asustada, Glory la aparto. Perdio el equilibro y se golpeo el hombro con el marco de la puerta. Hope se recupero.

Se aparto de Glory y volvio a la barandilla.

– Espera en tu interior. Quiere alimentarse de tu alma inmortal. Intente libertarte. Intente borrar de tu carne la necesidad de pecado.

– Santos nos ayudara. Si se lo pido, nos ayudara.

Hope nego con la cabeza. De repente, su expresion era muy tranquila.

– El tiene la oscuridad, Glory. La bestia los controla a todos. Los utiliza para conseguirnos.

Glory oyo unas voces en el piso inferior. Santos estaba alli. La ayudaria, y a pesar de todo, ayudaria a su madre.

– Estan aqui -le dijo-. Dejame hablar con ellos. Conseguire que nos den algo de tiempo. Podremos planear algo. Juntas.

– De acuerdo -asintio y volvio al dormitorio, con una calma mas sobrecogedora que la histeria anterior-. Ahora voy a rezar el rosario.

Glory la siguio y cerro las puertas de la terraza.

– Me parece muy bien. Ahora vuelvo.

Su madre no parecio advertir su partida. En cuanto Glory salio de la habitacion corrio hacia las escaleras, descontrolada. Santos y Jackson estaban en el vestibulo con la senora Hillcrest y otros dos agentes a los que no reconocia.

– ?Santos!

El miro hacia arriba. Con lagrimas de alivio en los ojos, empezo a bajar a toda prisa la escalera. Santos se reunio con ella a mitad de camino y la retuvo por las manos.

– ?Estas bien?

– Si, pero mi madre… -se esforzo por no desmoronarse-. Esta histerica. Ha perdido la razon. Tengo miedo, Santos. Temo por ella. No se que hara cuando vayais a buscarla.

Santos miro a Jackson.

– Llama a la comisaria, y que envien un psiquiatra cuanto antes -se volvio hacia Glory mientras su companero encendia el transmisor-. ?Donde esta?

Glory subio con el las escaleras. Cuando llegaron al dormitorio, Glory llamo con los nudillos a la puerta cerrada, y despues bajo el picaporte.

– Madre -dijo con suavidad antes de abrir del todo, intentando no sobresaltarla-. Soy Glory. Santos viene conmigo. Va a ayudarnos. Todo se arreglara.

Entreabrio la puerta y miro en el interior, pero no vio a su madre. Atemorizada, abrio de par en par y miro a su alrededor.

– ?Donde estas, mama?

Entonces la vio. Estaba de pie en la barandilla de la terraza, tambaleandose, con el rosario entre las manos. El viento agitaba su bata, levantandola. Parecia a punto de ponerse a volar.

– ?Madre! -Glory entro en la habitacion, tendiendole la mano-. No te muevas.

Hope la miro a los ojos. Su expresion era nitida, y extranamente tranquila.

– La bestia ha llegado.

– Por favor, senora Saint Germaine, no se mueva.

– Santos entro lentamente en la habitacion, hablando en voz muy baja-. Todo se arreglara. Sujetese y…

El rosario resbalo de los dedos de Hope y cayo el suelo. Glory contuvo la respiracion, pero su madre sonrio.

– Recuerda, hija, que la oscuridad se manifiesta de muchas formas.

Entonces volo.

Capitulo 68

Santos miro el reloj. Tenia la impresion de que lo habia consultado mas de cien veces en menos de una hora. El dia habia sido muy tranquilo en el departamento de homicidios, aunque todos los dias parecian tranquilos despues del frenesi informativo que siguio al suicidio de Hope Saint Germaine, la detencion de Chop Robichaux y la historia que habia desencadenado los dos acontecimientos. Despues llego la detencion del asesino de Blancanieves.

El vendedor de biblias de Tina habia vuelto por fin a Nueva Orleans. Para entonces, Santos y Jackson ya tenian varios testigos que lo relacionaban con dos de las victimas, en uno de los casos el mismo dia de su muerte. Por supuesto, el negaba ser el asesino que buscaban. Incluso afirmaba que nunca habia matado a nadie.

Pero si Santos habia aprendido algo despues de diez anos de trabajo policial, era que pocas veces los delincuentes confesaban su culpabilidad de buen grado. Sin duda, aquel era el hombre que buscaban. El asesino de Blancanieves y el que habia matado a su madre. Estaba seguro de ello.

Volvio a mirar el reloj y murmuro una maldicion. No sabia por que estaba tan impaciente por salir de alli. No tenia ningun sitio a donde ir, y nadie lo esperaba.

Y menos Glory.

La habia visto por ultima vez en el entierro de su madre, y en aquella ocasion apenas habian hablado. Ella estaba embargada por el dolor. Santos habia intentado acercarse para consolarla, pero le habia resultado imposible. Habia un muro entre ellos. Fuerte e indestructible. Era como si las revelaciones y el suicidio de su madre hubieran relegado a Glory a un paraje lejano, inalcanzable.

La echaba de menos. Queria escalar el muro e ir a su lado, pero no sabia como hacerlo.

Pero incluso en el caso de que lo supiera, una relacion entre ellos no duraria. Habia demasiadas cosas que los separaban, demasiado pasado, demasiado dolor. Procedian de mundos distintos. Glory no podria ser feliz con un policia durante mucho tiempo. Era mejor asi.

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