Aparta la mano.
– ?Pero es diferente! ?No tiene nada que ver!
Intentas justificarte sin encontrar las palabras, lo que dices no es muy inteligente. Ella te pregunta:
– ?Para los hombres, los cuerpos de las mujeres son todos parecidos, sea quien sea la mujer?
– No.
?Que mas decir? Todas las mujeres querrian probar que son diferentes, esa lucha desesperada en la cama, la busqueda del amor en el deseo, es porque piensan que despues del deseo sexual quedara todavia algo.
En el bar 97, el bar mas de moda de la callejuela Lan Kwai Fong, estas frente a ella, os separa solo una pequena mesa redonda, cerca el uno del otro, te esfuerzas por captar su mirada. En el ambiente suena una musica de rock, demasiado estridente, cantada en ingles. Bajo los neones azulados, las camisas blancas devuelven la luz. La acomodadora y el barman, que lleva una pajarita, son occidentales muy altos. Ella lleva ropa negra, que se funde en la oscuridad, pero el rojo de sus labios pintados brilla. Bajo los neones, este color violeta oscuro lo tine todo de una vision fantastica que te fascina.
– ?Es solo porque soy una occidental? -Te mira, arquea las cejas, su voz parece venir de muy lejos.
– No solamente, ?como explicarlo?… Eres una mujer completa, mientras que ella, ?como te lo diria?… Ella solo era una nina -dices riendo, con un poco de frivolidad.
– ?Que mas diferencias hay? -pregunta, como si quisiera realmente llegar hasta el fondo de la cuestion.
En sus ojos entornados, percibes un toque de perversidad. Dices:
– Ella no sabia chuparla, se limitaba a ofrecer su cuerpo; no sabia lo que era gozar…
– Todas las mujeres lo saben naturalmente, lo aprenden tarde o temprano…
Desvia la mirada, sus parpados con pestanas maquilladas se cierran.
Piensas en las ondulaciones de su cuerpo, rigido y dulce; su perfume, su respiracion, su tibieza y su humedad reaniman tu deseo y le dices brutalmente que tienes ganas de hacer de nuevo el amor.
– ?No! -dice categoricamente-. No es conmigo con quien quieres hacer el amor, pero buscas una simple compensacion con mi cuerpo.
– ?De que hablas? ?Eres realmente guapa, es cierto!
– No te creo.
Ella baja la cabeza y hace mover su vaso con el dedo, ese pequeno movimiento tambien es muy seductor luego se yergue riendose, descubriendo el surco entre sus senos, que permanecia oculto por la sombra de su cabeza.
– Estoy demasiado gorda -dice.
Vas a contestar que es mentira, pero ella te interrumpe:
– Ya lo se.
– ?Que sabes?
– Detesto mi cuerpo.
De pronto se muestra muy fria, y tras beber un trago anade:
– Bueno, ya esta bien, no me entiendes en absoluto, mi pasado, mi vida, no sabes nada de nada.
– Bueno, pues hablame. -La haces rabiar-. Por supuesto que quiero comprenderte, quiero saberlo todo de ti, todo.
– No, lo unico que quieres es acostarte conmigo.
Bueno, solo puedes justificarte.
– ?Eso es malo, quizas? Hay que vivir, y lo mas importante es vivir el momento, el pasado es el pasado, hay que saber romper con el.
– Pero tu no lo consigues, tu no lo consigues -afirma obstinadamente.
– ?Y si lo hubiera conseguido?
Haces una mueca.
Es una chica seria, debia de ser buena en matematicas en el colegio.
– No, no has roto con los recuerdos, todavia estan dentro de ti, y salen a la superficie por momentos. Claro que pueden entristecer, pero tambien pueden dar fuerzas.
Dices que los recuerdos quiza le den fuerzas a ella, pero que para ti son autenticas pesadillas.
– Los suenos no son reales, mientras que los recuerdos se basan en cosas que han ocurrido de verdad, es imposible hacer que desaparezcan -dice con conviccion.
– Claro -suspiras tu-, y ademas no es seguro que no vuelvan alguna vez.
– Pueden volver en cualquier momento si no estas alerta; es lo mismo que ocurre con el fascismo. ?Si no se habla de el, si no se denuncia, si no se le fustiga, se corre el riesgo de que reaparezca en cualquier momento!
Cuanto mas habla, mas se enfurece, como si el sufrimiento de todos los judios pesara sobre ella.
– ?Necesitas sufrir? -le preguntas tu.
– No se trata de que lo necesite o no, el sufrimiento esta ahi, es real.
– ?Y que quieres, cargar con todo el sufrimiento de la humanidad? ?O como minimo con el sufrimiento de la nacion judia entera? -replicas.
– No, esa nacion ha desaparecido desde hace tiempo, esta desparramada por el mundo entero, yo tan solo soy una simple judia.
– ?No es mejor? Es mas humano.
Ella quiere confirmar su identidad, ?y tu? Tu quieres justamente librarte de tu etiqueta de chino, no quieres el papel de un Jesucristo, no quieres que la cruz de esa nacion te aplaste, ya has tenido suerte de que hasta ahora no te haya aplastado. Para hablar de politica es demasiado tierna, y como mujer se calienta demasiado la cabeza; por supuesto, esas dos ultimas frases no se las dices.
Unos jovenes islenos modernos han entrado. Algunos llevan cola de caballo; todos son chicos. La acomodadora de alta estatura y de pelo rubio les hace tomar asiento cerca de vosotros. Uno de ellos dice algo a la acomodadora. La musica esta demasiado alta, la chica se inclina para poder oirlo, poco despues suelta una carcajada, mostrando unos dientes de un blanco resplandeciente bajo los neones. Luego les acerca otra pequena mesa redonda. Esta claro que esperan a mas gente. Dos chicos se acarician las manos, tienen un aspecto totalmente distinguido. Al poco, piden la bebida.
– ?Crees que despues de 1997 los homosexuales podran reunirse asi? -te pregunta ella al oido acercandose a ti.
– En China no solo era imposible que los homosexuales se reunieran en algun lugar, sino que si descubrian a uno de ellos, lo enviaban al
Tu ya has visto los informes de la policia de la epoca de la Revolucion Cultural, que mas tarde se publicarian como documentos internos.
Ella se echa atras en su asiento y no dice nada mas. La musica continua igual de alta que antes.
– ?Que te parece si vamos a dar una vuelta? -sugieres.
Ella empuja el vaso que no ha apurado y se levanta. Salis. La pequena calle esta demasiado iluminada por las luces de neon. Pasan muchas personas por ahi, y circulan en medio de una animacion incesante por los distintos bares. Tambien hay algunas pastelerias y cafeterias mas distinguidas.
– ?Y estos bares, continuaran existiendo? -Esta claro que habla de despues de 1997.
– ?Quien sabe? Aqui tienen talento para los negocios, lo unico que quieren es conseguir dinero. Esta nacion es asi, no tienen el mismo espiritu de arrepentimiento que los alemanes -dices tu.
– ?Crees que los alemanes tienen espiritu de arrepentimiento? Despues de lo que ocurrio en Tiananmen en 1989, han continuado sus negocios con China como si no hubiera pasado nada.
– ?Podemos dejar de hablar de politica? -preguntas tu.
– No puedes huir de eso -dice ella.
– ?Podemos huir al menos un poco? -insistes intentando ser lo mas educado posible, esbozando una sonrisa.
Entonces te sonrie despues de haberte mirado de hito en hito; luego dice:
– Bueno, vamos a comer, tengo hambre.
– ?Occidental o chino?
– Chino, por supuesto. Me gusta Hong Kong, siempre es tan vivo, y se come muy bien y barato.
La llevas a un pequeno restaurante con buena iluminacion, muy animado, lleno hasta los topes. Ella habla en