fijamente haciendo una mueca; luego, inclino en silencio la cabeza con respeto. El, su superior jerarquico, lo estaba esperando para salvarse. Pero nadie sabia que eran solo cinco los jovenes que se habian asociado y preparado precipitadamente, ni que, si se transformaron de repente en una fuerza imposible de parar, fue simplemente porque se anudaron un brazalete, rojo, en el brazo.

Algunos pegaron juntos una proclama para anunciar que abandonaban las antiguas guardias rojas. Entre ellos se encontraba Lin. Ese gesto le hizo sentir una cierta esperanza, quiza podrian recuperar su antigua intimidad. En la cantina, a mediodia, la busco con la mirada por todas partes, pero no la vio. Probablemente ella lo estaba evitando, se dijo.

En un pasillo del edificio se encontro de frente con Danian, que pasaba por alli. Este prosiguio su camino a toda prisa e hizo como que no lo habia visto; ya no parecia tan arrogante.

El gran edificio de la institucion, con todos sus despachos, parecia una inmensa colmena jerarquica segun los diferentes niveles de poder. Cuando el poder vacilo, todos los enjambres de abejas empezaron a agitarse. En los pasillos, los trabajadores hablaban en pequenos grupos; por todos los lugares por donde pasaba, inclinaban la cabeza como claro signo de que estaban de acuerdo con el, o lo paraban para charlar incluso personas que no conocia, como habia sucedido durante la fase de la eliminacion de los malhechores, cuando mucha gente queria hablar con los secretarios de las celulas del Partido o con los funcionarios politicos. En pocos dias casi todo el mundo se manifesto a favor de la rebelion, y en todas las secciones se formaron equipos de combate, fuera del control del Partido y de la Administracion. El, un simple redactor, se habia convertido en una personalidad en esa institucion perfectamente jerarquizada. De pronto, lo respetaban como si fuera un jefe. Las masas necesitan tener lideres para hacer como el rebano de ovejas, que nunca se aleja del que lleva una campana, aunque este actue bajo los latigazos de otro y no sepa adonde debe ir. Al menos el ya no tenia que estar en su despacho todos los dias; nadie le preguntaba adonde iba ni de donde venia. Pasaron a otro las pruebas de imprenta que dejaban en su mesa habitualmente, este empezo a corregirlas en su lugar, y a el ya no le encargaron ninguna otra tarea.

Volvio a su casa antes de que acabara la jornada laboral y, cuando estaba en el patio, vio a un hombre con el pelo desgrenado y la ropa sucia que estaba sentado en la escalera que conducia a su vivienda. Se quedo estupefacto al reconocer al hijo de sus vecinos, a quien todos llamaban Tesoro cuando era nino. Hacia tiempo que no lo veia.

– ?Que haces por aqui? -pregunto.

– Por fin te encuentro, ?pero no puedo explicartelo todo en dos palabras! -suspiro Tesoro, el rey de los ninos de la calle en la infancia.

Descorrio el cerrojo. La puerta de la vivienda de al lado, en la que vivia el viejo jubilado, estaba abierta. Asomo la cabeza.

– ?Un antiguo companero de clase; acaba de llegar del sur!

Desde que llevaba un brazalete rojo ya no prestaba mucha atencion a su viejo vecino, y volvio a su habitacion sin dar mas explicaciones. El viejo asintio riendo, mostrando sus escasos dientes y agitando las arrugas que cubrian su rostro. Luego entro en su vivienda y cerro la puerta.

– Me he escapado -explico Tesoro-. Ni siquiera he traido una toalla ni un cepillo de dientes; me he mezclado con unos estudiantes que venian a Beijing a hacer el chuanlian [16] ?Tienes algo de comer? Hace cuatro dias y cuatro noches que no como nada decente, solo me quedan estas monedas que no me atrevo a gastar. Me he mezclado con los estudiantes en el puesto de recogida; he conseguido dos pequenos panes y tomado un tazon de arroz hervido.

Nada mas entrar en la habitacion, Tesoro saco de sus bolsillos algunas monedas y unos pocos billetes que coloco sobre la mesa. Luego, anadio:

– Salte por la ventana en plena noche, si no, al dia siguiente me habria tenido que someter a una sesion de lucha contra toda la escuela. Acusaron a un profesor de gimnasia del colegio de haber tocado los senos de una alumna durante los ejercicios, lo consideraron un mal elemento, y los guardias rojos lo golpearon hasta matarlo.

Tesoro tenia la frente arrugada y la cara marcada por el sufrimiento. ?Que habia sido del diablillo de su infancia que iba en verano con el torso desnudo y tenia el pelo cortado al rape? Tesoro era particularmente agil en el agua: nadaba, buceaba, hacia el pino buceando. Cuando el fue a aprender a nadar al lago, a escondidas de su madre, se atrevio a tirarse gracias a su amigo. Tesoro era dos anos mayor que el y le sacaba mas de media cabeza. Cuando se peleaba, era muy violento con los ninos que le buscaban las cosquillas. El, cuando estaba a su lado, no tenia ningun temor. Nunca habria imaginado que un dia su amigo, que era antes un heroe dispuesto a pelear hasta el final, recorreria un gran camino para refugiarse en su casa. Tesoro le explico que, despues de conseguir el diploma del instituto pedagogico, le ofrecieron dar clases de lengua en una escuela de cabeza de distrito. Desde el principio del movimiento, el secretario de la celula del Partido decidio que fuera el chivo expiatorio.

– Yo no he hecho los manuales de ensenanza, ?como iba a saber que algunos articulos eran problematicos? Solo he contado anecdotas, pequenas historias, para animar un poco las clases. Por eso me han convertido en un objetivo. Es cierto que he hablado mucho, pero ?como se puede ensenar lengua sin hablar? Me encerraron en un aula de clase y los guardias rojos me vigilaban dia y noche. Ahora tengo una familia, si me ocurre algo, sin mencionar la posibilidad de perder la vida, si quedo lisiado, ?como conseguira salir adelante mi mujer con un nino de un ano? Me subi en plena noche a una ventana del primer piso y baje sujetandome a un tubo de desague. He conseguido salir de alli a salvo. No he ido a mi casa para no causarle problemas a mi mujer. Como los trenes estaban llenos de estudiantes, era imposible controlar los billetes. He venido a hacer una denuncia; debes ayudarme a poner las cosas en su sitio. ?Como un profesor como yo, tan pequeno como una semilla de sesamo, que ni siquiera es miembro del Partido, puede ser el representante de la banda negra en el seno del Partido?

Despues de la cena, acompano a Tesoro al centro de recepcion de masas de la calle Fuyou, en la puerta oeste de Zhong-nanhai. La gran puerta estaba abierta; en el patio iluminado por las lamparas habia mucha gente que se empujaba para que los atendieran. Se movieron despacio, siguiendo la corriente. Bajo una tienda de campana montada en medio del patio, habia una hilera de mesas detras de las cuales estaban sentados unos militares, con insignias en la gorra y en la solapa del uniforme, que anotaban las quejas de las personas. Como estas se empujaban, era dificil llegar a las mesas. Tesoro se puso de puntillas para intentar escuchar un poco entre las cabezas de las personas lo que se decia en «el espiritu del Comite Central». Pero las voces se mezclaban, las personas se aglutinaban delante de las mesas, hablaban alto y se atropellaban unas a otras mientras el hombre encargado de recoger las quejas respondia de forma laconica y circunspecta. Otros se contentaban con anotar sin responder nada. Antes de conseguir avanzar, fueron apartados de alli por la masa de gente. Tan solo pudieron dejarse llevar hasta el pasillo de la planta baja.

Las paredes estaban cubiertas de dazibaos de quejas por malos tratos y citas de discursos de personajes importantes del Partido. Los discursos, llenos de belicosidad y alusiones, de los dirigentes del Comite Central que acababan de estrenar su cargo o de los que todavia no habian sido destituidos, eran totalmente contradictorios. Tesoro estaba fuera de si y le pregunto si habia traido papel y boligrafo. El le dijo que no hacia falta copiar aquellos dazibaos, porque habia recogido un monton de octavillas que tenian los mismos discursos para poder analizarlos detalladamente en casa.

Todas las salas del edificio estaban abiertas. Tambien recibian quejas. Habia menos gente, pero la cola llegaba hasta el pasillo. En una de ellas alguien hacia una denuncia y lloraba sin conseguir contenerse. Un joven tenia en la mano una vieja gorra militar que habia perdido el color de tantos lavados, lloraba tambien a lagrima viva y se explicaba en dialecto de Jiang-xi o de Hunan, con un acento muy pronunciado. Aunque no conseguian entenderlo muy bien, sabian que estaba denunciando una masacre colectiva en su pueblo: hombres, mujeres, ancianos y ninos, ni siquiera los bebes se habian salvado; los juntaron a todos en una era y uno a uno los fueron matando con picos, machetes, o palancas en las que colocaban conteras de hierro. Luego lanzaron los cadaveres al rio, que fue pudriendose poco a poco. El joven no tenia aspecto de ser descendiente de alguien que perteneciera a las cinco categorias negras; la vieja gorra que sujetaba era una prueba sin la cual no se habria atrevido a venir a Beijing a hacer la denuncia. Las personas que habia en la sala y a la entrada escuchaban en silencio mientras el encargado tomaba nota.

Cuando salieron de alli, entraron en la avenida Chang'an, porque Tesoro queria pasar por el Ministerio de Educacion para ver si habia alguna directiva concreta para los profesores de secundaria. El Ministerio estaba en el

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