– Fijate mejor.

– No puedo.

Le dices que no ves bien, estas deslumbrado, solo ves muchos colores.

– ?Eso es! ?Ahi estan todos los colores que queramos, que magnifico cielo! ?La esperanza esta delante de nosotros, ahora parece que por fin has abierto los ojos!

– Entonces, ?puedo bajar? -preguntas, cerrando los ojos.

– ?Mira un poco mas el sol! Si esta vez miras fijamente al sol, descubriras, escucha bien lo que te digo, descubriras milagros. ?Milagros inimaginables!

– ?Que milagros? -preguntas, tapandote los ojos.

El tipo te agarra la mano, tienes la sensacion de que te sostiene un poco, solo oyes el viento que sopla dulcemente en tus oidos, y te dice:

– ?Que luminoso es este mundo!

El hombre separa tu mano que te tapa los ojos y ves en el cielo un agujero sin fondo de color azul oscuro; empiezas a sentirte aturdido.

– Estas aturdido, ?no es cierto? Cuando un hombre ve un milagro, siempre se siente aturdido, de lo contrario, no seria un milagro.

Dices que quieres sentarte.

– ?Tienes que perseverar! -ordena.

Dices que ya no puedes mas.

– Tienes que perseverar, pase lo que pase; todo el mundo lo hace, ?por que tu no? -te reprocha.

Ya no aguantas mas de pie, te caes bocabajo sobre la piedra y pides ayuda, tienes ganas de vomitar.

– ?Abre la boca! ?Grita todo lo que tengas que gritar! ?Llama a quien quieras!

Sigues las ordenes de ese tipo y gritas con todas tus fuerzas. Sigues sintiendo nauseas, y acabas vomitando sobre esa piedra solida un liquido amargo.

La justicia, el ideal, la moralidad y los principios mas cientificos, las responsabilidades que te incumben, tu trabajo intelectual y tus esfuerzos fisicos, las revoluciones ininterrumpidas, los sacrificios sin fin, Dios o los salvadores, los heroes o los hombres modelicos, el Estado y el Partido que lo domina, todo eso esta edificado sobre la piedra.

Nada mas abrir la boca, has gritado y caido en la trampa de ese tipo. La justicia que buscas es el; mientras te has lanzado a un combate encarnizado a todos lados, tambien has gritado sus esloganes, has perdido tu propio lenguaje, todo lo que has repetido como un loro solo eran palabras de lorito, has sido reeducado, han borrado tu memoria, has perdido tu cerebro y te has convertido en el discipulo de ese maestro. Has tenido que creer en el, has pasado a ser su criado, su complice, te has sacrificado por el, y a ti te han sacrificado como ofrenda a su altar cuando ya no te han necesitado, te han enterrado o incinerado con el para realzar su brillante imagen. Tus cenizas deberan dejarse llevar por su viento hasta que el repose definitivamente en paz y todo haya terminado. Entonces seras como esas innumerables motas de polvo y desapareceras sin dejar huella.

21

Lin salia del cobertizo, situado a la entrada del gran edificio, con la cabeza gacha empujando la bicicleta. Esos ultimos dias, lo evitaba constantemente. El le cerro el paso con su bicicleta y levanto expresamente la rueda delantera para chocar con la de Lin. Ella alzo la vista y le dirigio una sonrisa forzada, como si quisiera pedir perdon, como si lo hubiera arrollado ella.

– ?Salgamos juntos! -dijo el.

Pero Lin no tenia la intencion de montarse en la bicicleta, como hacian antes, y dejar una cierta distancia entre ellos, para seguirlo a un lugar en el que no hubiera nadie. De hecho, durante esa gran revolucion, todos los parques estaban cerrados por la noche. Caminaron uno al lado del otro empujando la bicicleta durante un buen rato, pero no sabian que decir. Los muros que rodeaban las calles estaban cubiertos de esloganes de los estudiantes rebeldes que recubrian los esloganes de las viejas guardias rojas de sangre pura, tapando frases como «Eliminar a todos los monstruos». Todas las criticas se dirigian hacia los altos cargos politicos.

«?Inclinad la cabeza ante las masas revolucionarias, Yu Qiuli debe reconocer sus crimenes!»

«?Tan Zhenlin, ha llegado tu hora!»

Lin ya no llevaba el brazalete e intentaba esconder su cara, envuelta en un panuelo grisaceo de grandes franjas, para no llamar la atencion; tambien vestia ropa sencilla de algodon y de un color gris azulado, con la intencion de pasar desapercibida entre la gente. Habia perdido todo su encanto. Los restaurantes cerraban pronto por la noche, no habia ningun lugar adonde ir y no podian decir nada; dos seres caminaban bajo el viento frio empujando sus bicicletas, dejando claramente algo de distancia entre ellos. Algunos trozos de dazibaos, levantados por el viento de arena, volaban bajo las farolas.

Estaba un poco emocionado, confrontado con ese combate a vida o muerte para conseguir algo de justicia, pero que claramente estaba acabando con su historia de amor con Lin, lo que le causaba una profunda tristeza. Seguia teniendo ganas de mantener su relacion con ella, pero se preguntaba como abordar ese asunto y dar la vuelta a la situacion con igualdad, para que se tratara unicamente de recibir el amor que Lin le despertaba. Queria mostrarle su solicitud y le pregunto por sus padres. Ella no respondio y continuaron caminando en silencio, sin saber que decirse. Lin fue la primera que dijo algo.

– Tu padre parece tener problemas por su pasado.

– ?Que clase de problemas? -pregunto con cierta extraneza.

– Solo quiero que lo tengas en cuenta -respondio Lin en tono neutro.

– Nunca ha sido miembro de ningun partido -replico de inmediato, siguiendo una especie de instinto de proteccion.

– Parece ser que… -continuo Lin antes de detenerse.

– ?Parece ser que que? -pregunto, parando en seco.

– Solo he oido rumores.

Lin siguio empujando su bicicleta sin mirarlo. Todavia creia que estaba por encima de el, siempre advirtiendolo de algun peligro, protegiendolo para que no hiciera tonterias. Pero el comprendio que si actuaba asi ya no era por amor, era como si sospechara que le habia ocultado su origen. Esa proteccion no estaba exenta de desconfianza. Por eso argumento:

– Antes de la Liberacion, mi padre era responsable de una seccion del banco, tambien trabajo de jefe de departamento en una sociedad naviera y fue periodista en un periodico comercial privado, ?que tiene eso de malo?

Tambien hubiera podido recordar que, cuando era nino, su padre escondia en el fondo de una comoda, en una caja de zapatos llena de monedas de plata, un pequeno libro intenso, Sobre la nueva democracia de Mao, pero no lo dijo; era inutil. Se sintio de nuevo agraviado, mas por su padre que por si mismo.

– Dicen que tu padre era un directivo de alta categoria…

– ?Y que tiene que ver? Tambien ha sido un empleado auxiliar; luego lo despidieron, hasta estuvo una temporada sin trabajo, antes de la Liberacion. ?Nunca ha sido un capitalista y jamas ha representado al patronato!

Estaba indignado, pero de inmediato sintio su debilidad, ya no habia forma de recuperar la confianza de Lin.

Ella continuaba en silencio.

Se detuvo ante un gran eslogan que acababan de pegar, dejo apoyada la bicicleta y pregunto a Lin:

– ?Que mas hay? ?Dime quien lo ha dicho?

Ella evitaba mirarlo a los ojos y contesto cabizbaja:

– No me hagas preguntas, solo intento prevenirte, basta con que lo sepas.

Ante ellos, un grupo de chicos y chicas que escribian consignas montaban en sus bicicletas con cubos de cola y pintura. En la pared, la tinta de los esloganes todavia estaba fresca.

– ?Me evitas por eso? -pregunto el, subiendo la voz.

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