sintomas de gripe, le pusieron una inyeccion y dio su ultimo suspiro unas horas mas tarde. Tambien anadio que conocia muy poco a la gente del pueblo y los lugares de la comarca, y le agradecio el interes que mostraba por el. Lu medito un poco antes de decir:

– Queremos que la escuela del burgo vuelva a funcionar, para ensenar los conocimientos basicos y unas minimas nociones de lectura, tu podrias ser el profesor de la escuela.

Lu explico que, en su infancia, su familia era muy pobre, pero tuvo la suerte de que el viejo profesor de la escuela privada del pueblo lo acogiera en sus clases gratuitamente, por pura generosidad, y de ese modo consiguio estudiar un poco, lo que luego le seria de gran utilidad en su vida.

Dos o tres horas transcurrieron de ese modo, el ruido volvio al patio y a las habitaciones, las milicias volvian una tras otra con su botin. No detuvieron a ningun contrarrevolucionario, pero al registrar las casas de los elementos que pertenecian a las cinco categorias encontraron un poco de dinero en efectivo y algunos cupones de cereales. Tambien descubrieron in fraganti a una pareja de adulteros. El hombre era el herrero de la cooperativa de artesania del burgo y la mujer era la esposa de Boca Torcida, el farmaceutico de la botica de medicina tradicional: su marido se habia marchado a la cabeza de distrito, pero en la habitacion oyeron muchos gemidos, comentaban los milicianos que los sorprendieron; estuvieron con la oreja pegada a la ventana durante un buen rato. Se reian a carcajadas al contar aquella escena.

– ?Y donde estan? -pregunto desde fuera Lao Tao.

– Estan acurrucados en el patio.

– ?Vestidos o desnudos?

– La mujer esta vestida, pero el herrero esta como vino al mundo.

– ?Decidle que se ponga un pantalon!

– Solo se ha traido unos calzoncillos. No le hemos dado tiempo de vestirse. Nos dijeron que deberiamos detener inmediatamente a los que cometieran algun delito, de lo contrario podrian no reconocer los hechos.

En la habitacion, Lu ordeno:

– ?Decidles que escriban una autocritica y soltadlos!

Segundos mas tarde, un miembro de las milicias grito:

– ?Secretario Lu, el herrero dice que no sabe escribir!

– Que alguien anote lo que diga. Luego, que firme con la huella del dedo -ordeno Tao, responsable de la milicia.

– Vamos a dormir -le dijo Lu, mientras se volvia a poner los zapatos. Al salir del cuarto, anadio mirando a Tao:

– ?No vale la pena ocuparse de estas cosas!

En el patio, la mujer estaba con la cabeza gacha, acurrucada contra una pared, el herrero, en calzoncillos, se golpeaba la frente contra el suelo y repetia sin cesar mirando a Lu:

– ?Secretario Lu, es usted un buen hombre, mi benefactor, no lo olvidare nunca!

– ?Vaya espectaculo que habeis dado, marchaos! ?Y no lo volvais a hacer!

Dicho esto, Lu salio con el al patio.

Aun no habia amanecido, el aire era humedo, el rocio abundante. La bondad del secretario Lu era realmente tan alta como la montana, acababa de darle tambien una oportunidad, penso. Mientras hubiera en el mundo grandes reyes de la montana como el, valia la pena vivir.

A partir de ese dia, cuando pasaba por la pequena calle del burgo y encontraba a los funcionarios y dirigentes de la comuna o al unico policia de la comisaria, se daban una palmada en el hombro, se saludaban efusivamente o se ofrecian un cigarrillo. Mas tarde, el colegio abrio sus puertas y entraron los ninos que no habian conseguido acabar sus estudios. Estudiarian dos anos. Lo llamaban curso de primer ciclo de secundaria. Se traslado a aquella escuela que habia permanecido desocupada durante varios anos. A partir de entonces, los de la comarca le llamaron «profesor». Todas las sospechas y las preguntas que se hacian sobre el parecian haber desaparecido.

46

Si hubieras aprendido a mirar el mundo con el rostro risueno del buda Amitabha, serias feliz, la paz reinaria en tu corazon y habrias alcanzado el nirvana.

Comias y bebias con los funcionarios de la comarca, los escuchabas decir sus tonterias, fanfarronear y hablar de mujeres.

– ?Has tocado a Maomei?

– ?No digas tonterias, es virgen!

– Venga, dilo, ?la has tocado o no?

– Ja, ja, ?como sabes que es virgen?

– No sabes lo que dices, ?la han ascendido a jefa de la milicia popular!

– ?Como fue ascendida? ?Dilo, hijo de perra!

– Es una digna descendiente revolucionaria de origen impecable, ?habla con algo mas de respeto!

– ?Joder, si eres tu el que nunca tiene respeto por nada!

– ?Has bebido demasiado o que, hijo de perra?

– ?Quieres pelear?

– ?Anda, bebe, bebe!

Asi es la vida, ?solo estabamos contentos despues de haber bebido bastante alcohol! Tendrias que hablarles tambien del medio de conseguir un abeto para fabricar dos baules y encontrar madera barata a precio de compra oficial, porque un dia u otro tendrias que construirte una casa, ya que te habias instalado en ese lugar de forma definitiva. Pero era un proyecto tan lejano para ti que primero te gustaria hacer un huerto, construir una pocilga, ?acaso se podia vivir sin criar algun cerdo? Mientras dabas conversacion y hablabas con ellos de estas u otras bobadas, eras uno mas y tu presencia no llamaba la atencion.

Contemplaste los relieves de la mesa, no quedaba casi nada en los grandes tazones, habiais acabado con nueve de las diez botellas de alcohol de patata, que quemaba la garganta al tragar, y la decima ya estaba por la mitad. Apartaste a un hombre borracho que se habia desplomado bajo la mesa y se apoyaba contra tu pierna, luego apartaste tu taburete y te levantaste, el hombre borracho se tumbo entonces cuan largo era en el suelo y se puso a roncar. En el comedor, todos los invitados habian bebido demasiado; tanto los que estaban en el suelo como los que todavia seguian en la mesa, todos tenian en la cara la misma expresion de idiotas. Tan solo el dueno de la casa, Lao Zhao, un jorobado, estaba perfectamente sentado a la mesa y bebia a grandes sorbos sonoros su sopa de pollo, para no perder su dignidad como secretario de celula del Partido de la brigada de produccion. Ademas, era un gran bebedor y aguantaba muy bien el alcohol.

Las milicias se reunian desde hacia cinco dias, entre setenta y ochenta personas que habian llegado de todos los pueblos de la comarca. La primera manana estaban reunidos en el patio de la comuna popular y se sentaron en sus mochilas para escuchar las instrucciones del jefe del comite revolucionario de la comuna popular. Mas tarde, el responsable de las milicias, Lao Tao, los condujo al area de la trilla del arroz, donde dispararon con los fusiles sobre unas dianas. Luego pusieron unos detonadores bajo las rocas del borde del rio, colocaron explosivos, realizaron sabotajes. Despues procedieron a unos ejercicios de ataque de escuadra y de peloton en un arrozal que ya habia sido cosechado y al que le habian quitado el agua. Unos hombres se dispersaron por los campos de los alrededores y lanzaron granadas, haciendo saltar grandes trozos de tierra. Este grupo de jovenes estuvo entrenandose duramente durante unos dias. Al fin, la ultima noche, los llevaron a esta aldea. Zhao, el jorobado, era el secretario de la celula del Partido desde hacia mas de veinte anos, tenia mucha experiencia y era un hombre muy popular. La comuna ofrecio a los milicianos que se entrenaron una prima de comida y mas de una decena de pollos vivos que los campesinos cedieron. La mujer del jorobado tambien fue generosa y dono una vieja gallina que todavia ponia huevos. Para reconfortar dignamente a esos aguerridos muchachos, habia carne, pescado y queso de soja con verduras saladas.

En el salon de la casa del jorobado se encontraban los jefes de las milicias del conjunto de los pueblos, los otros estaban en el silo de grano y les servian los miembros de la familia del contable de la brigada de produccion. Los que fueron invitados a la mesa de Zhao eran personas de importancia; en cuanto a ti, eras el representante

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