La joven vino corriendo bajo la lluvia, con el pelo empapado de agua. El tomo un paraguas para darselo y fue a buscar su sombrero de paja. La muchacha se alejo. La llamo, ella se volvio bajo la lluvia, sacudio la cabeza, la ropa se le pegaba al cuerpo y marcaba dos pequenos senos prominentes. Echo a correr, parecia contenta, quiza porque habia traido para el profesor un mensaje muy importante del secretario Lu.

Lu vivia en la ultima vivienda de la comuna. Entro por la puerta lateral que habia frente al rio. El patio estaba reluciente, cubierto de baldosas oscuras y tenia un pequeno pozo. Este patio lo habia ocupado la concubina del potentado local, que fue fusilado. El lugar era tranquilo y quedaba algo apartado de las demas casas. Lu estaba tumbado en una mecedora de bambu cubierta de piel de venado, en el suelo habia un brasero con una marmita llena de carne haciendose a la brasa.

– Carne de perro con especias, me la ha traido Lao Zhang de la comisaria; segun el es de un perro salvaje que han capturado. ?Como saberlo? Bueno, al menos es lo que dice -afirmo Lu sin levantarse-. Toma un tazon y unos palillos y sirvete un vaso de alcohol. Esta espalda me esta matando, una cicatriz de herida de bala, siempre me duele cuando llueve. En aquella epoca era imposible encontrar un medico durante los combates, uno podia darse por satisfecho si conseguia mantenerse con vida.

Se sirvio algo de alcohol y se sento en un pequeno banco delante del brasero. Mientras comia y bebia, escucho atentamente las palabras de Lu.

– Yo tambien he tenido que matar con mis propias manos, era la guerra, no se podia hacer otra cosa. He matado a muchos y no todos lo merecian. Sin embargo, muchos de los que lo merecian de verdad todavia siguen vivos, y viven muy bien.

A pesar de que normalmente Lu tenia un caracter frio y taciturno, en aquel momento se mostraba euforico. El no comprendia que estaba pasando por la cabeza del anciano.

– ?Ya se sabe que el viejo Lin Biao ha muerto?

El asintio con la cabeza. El vicepresidente del Partido habia huido en avion y se estrello en Mongolia, al menos era lo que afirmaba un documento oficial.

A los del campo no les sorprendio la noticia, dijeron que bastaba con ver su cara de mono para saber que acabaria mal. Si hubiera tenido un rostro agraciado, ?se habria convertido en un emperador a ojos de los campesinos?

– Todavia hay muchos que no han muerto -dijo Lu, dejando la copa de alcohol. El tambien comprendia la rabia del viejo. Sin embargo, esas palabras no decian nada en concreto. Lu era un hombre de mundo, habia superado muchos problemas politicos, no podia abrirle su corazon tan pronto, y el tampoco debia llegar hasta el fondo del asunto. Estaba bajo la proteccion de aquel paraguas: mientras el secretario Lu estuviera en paz, el podria subsistir. «Bebe, bebe, y comete la carne», no te preocupes si es de perro salvaje o domestico.

Lu se levanto y fue a tomar una hoja de papel de encima de la mesa. Habia anotado un poema regular de ocho versos de cinco caracteres que aparentemente expresaba su alegria ante la caida de un tal Lin.

– ?Me puedes decir si los tonos llanos y oblicuos de los caracteres son correctos? [25]

Sin duda lo habia llamado para eso. El examino el poema durante un instante, sugirio cambiar uno o dos caracteres para que el poema quedara perfecto, y dijo, ademas, que en casa tenia un libro dedicado especialmente a la metrica de la poesia clasica, si estaba interesado se lo podia prestar.

– Yo solo era un pobre pastor -explico Lu-. Nunca me habrian podido enviar a la escuela, pero siempre iba a escuchar a escondidas bajo las ventanas de la escuela privada del pueblo cuando los ninos leian en voz alta. De ese modo aprendi a recitar poesias de los Tang. Cuando el viejo maestro vio mi capacidad de aprender, me invito a que fuera a sus clases sin pagarle nada, pero a veces yo iba a recoger lena para el. Siempre que tenia tiempo, pasaba por la escuela a escuchar sus clases, asi aprendi a escribir. A los quince anos fui a pelear con la guerrilla y me cargue un trabuco al hombro.

Esta region montanosa era precisamente la base de la guerrilla de Lu por aquel entonces. Hoy, aunque habia sido enviado a este lugar de base para hacer investigaciones, no tenia ninguna funcion concreta, aunque, en realidad, era mas o menos el secretario de los secretarios de los comites del Partido recientemente rehabilitados en las numerosas comunas. Lu se escondia aqui. Luego le revelo que tambien tenia enemigos; por supuesto, no se trataba del cuerpo local armado de los terratenientes, campesinos ricos y potentados ya reprimidos desde hacia mucho tiempo, sino mas bien de los «de arriba». No entendio a quienes se referia, quienes eran esos «de arriba»; estaba claro que no eran los funcionarios de la cabeza de distrito, porque ellos no eran capaces de acabar con el. Lu se mantenia en todo momento alerta para enfrentarse a cualquier eventualidad. Bajo la almohada tenia una bayoneta del ejercito, y debajo de la cama, en una caja de madera, guardaba una metralleta ligera en perfecto estado. Tambien tenia una caja de cartuchos, material de la milicia de la comuna popular. Como lo almacenaba todo en su casa, nadie podia denunciarlo. ?Lu estaba esperando el momento favorable para rebelarse y retomar el poder? ?O quiza se preparaba para un nuevo cambio politico? Era dificil saberlo.

– Casi todos los habitantes de estas montanas son campesinos que cultivan los campos en tiempos de paz, pero en los periodos de conflicto se transforman en bandidos. Aqui no son raras las decapitaciones. He crecido asistiendo a ese tipo de escenas. En aquella epoca, los bandidos que capturaban mantenian la cabeza erguida mientras esperaban que los decapitaran con un sable, su cara ni siquiera cambiaba de color. No es como ahora, que fusilan a los condenados de rodillas y les retuercen el pescuezo con un alambre. ?Los guerrilleros eran unos autenticos bandidos! -Estas palabras horribles salieron de la boca de Lu con una pasmosa tranquilidad antes de concluir-: Pero tenian un objetivo politico: acabar con los tiranos y repartir las tierras.

Lu no dijo que hoy las tierras que repartieron entre los campesinos habian sido de nuevo confiscadas y que los cereales se repartian per capita, pero los sobrantes debian entregarse a las autoridades.

– Cuando los guerrilleros necesitaban dinero o viveres, se dedicaban a raptar y a ejecutar a los prisioneros, empleaban los mismos procedimientos violentos que los bandidos. Si alguna vez la mercancia no se llevaba al lugar que habian pactado antes, tomaban a un rehen vivo, lo ataban con las piernas abiertas sobre un bambu joven, estiraban la cana y, a una senal, la dejaban, ?cortando al hombre en dos!

Si Lu no lo hizo personalmente, al menos lo vio hacer, y ahora queria darle algunos consejos.

– Tu eres un letrado del exterior, no creas que la vida es facil en estas montanas, no creas que esto es un nido de paz. ?Si uno no se establece solidamente, es imposible quedarse en un lugar como este!

Lu no empleaba el lenguaje oficial de los pequenos funcionarios que solo querian trepar de escalon en escalon como si se tratara de una carrera. Al contrario, en ese momento estaba liquidando por completo lo poco que le quedaba en la cabeza de las fabulas revolucionarias. Quiza Lu lo necesitara un dia e intentaba que fuera tan duro y tan feroz como el, para que se convirtiera en el asistente de este rey de la montana cuando retomara el poder. Lu le hablo de los intelectuales de las grandes ciudades que se habian unido a las guerrillas.

– ?Que entienden los estudiantes de la revolucion? El viejo tenia razon al decir… -El viejo del que hablaba Lu era Mao-… que el poder nace del fusil. ?Que general o comisario politico no tiene las manos manchadas de sangre?

El dijo que nunca seria general y que tenia miedo de pelear; penso que era mejor decir estas palabras de antemano.

Lu respondio entonces:

– A mi no me apasiona el poder, de lo contrario no me habria refugiado aqui. Pero debes defenderte y estar atento para que no vengan a por ti.

Esta regla de supervivencia era la experiencia que Lu habia vivido.

– Ve a hacer una investigacion social entre la gente del burgo, les diras que te envio yo. No necesitas una carta oficial, solo debes decir que te he confiado la tarea de escribir la historia de la lucha de clases en este burgo y escucharas lo que te cuenten. Por supuesto, no te creas todo lo que te digan, y no hagas preguntas sobre lo que esta ocurriendo actualmente; aunque les preguntes, no veras nada claro. Dejales hablar de lo que quieran, sera como escuchar cuentos, y te daras cuenta de todo poco a poco. En otro tiempo, antes de que los coches pasaran, esto era un nido de asaltadores de caminos. No te fies del herrero que se arrodilla delante de ti y parece docil. Si le dejan, te tratara con toda delicadeza, pero, si le empujan, puede cortarte la cabeza con su hacha en cualquier campo. En la calle, la vieja coja que hierve el agua para el te, ?crees que tiene los pies vendados? Eso no se hacia en estas montanas. Fue rehen de las guerrillas, le quitaron los zapatos en pleno invierno, se le helaron los dedos y se le cayeron, pero era una mujer, por eso no la mataron. Esta casa era suya, fusilaron a su padre, su hermano mayor murio en un campo de reeducacion. Solo le queda un hermano que, segun cuentan, se fue al extranjero.

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