A esta voz se unio otra que recito monotona y ritmicamente:
— Anomalias excentricas, asintotas en forma de bala…, campo del infinito…, sistema primitivo de lineas…, sistema holonomico…, espacio semimetrico…, espacio esferico…, espacio erizado…, espacio sumergido…
— Senorr…, a su servicio…, porr fevorr…, senorr, le rrego…
Los roncos murmullos penetraban literalmente la penumbra:
— Ser viviente planetario, su fetido pantano es el amanecer de la existencia, la fase inicial. Y de la sanguinolenta masa cerebral surgira el amoroso cobre…
— Brek, break, brabsel, be…, bre…, veriscopio…
— Clase imaginaria… Clase fuerte… Clase vacia… Clase entre todas las clases…
— Senorr, porr fevorr, senorr, coidado, le rrego…
— Shshsh, basta…
— Tu…
— ?Que?
— ?Me oyes?
— Te oigo…
— ?Puedes tocarme?
— Break, break, brabsel…
— No tengo con que…
— Lasstima… Ve…, verias lo luminoso y frio que soy… Que me devuelvan mi ar…, armadura y mi espada de oro… De noche me quitaron mi… herencia…
— Estos son los ultimos esfuerzos de encarnacion del maestro en descuartizacion y division, que ahora se levanta, se levanta sobre el reino tres veces despoblado de hombres…
— Soy nuevo…, soy completamente nuevo…, nunca he tenido un cortocircuito con el esqueleto…, puedo seguir…, por favor…
— Senorr, porr fevorr…
No sabia hacia donde volverme, aturdido por el calor y estas voces roncas, que venian de todas partes; desde el suelo hasta la ventana en forma de hendidura del techo se amontonaban troncos abollados y retorcidos; un resto de luz brillaba en el interior de su hojalata.
— So…lo tenia un pequeno de…fecto; pero ya estoy bi…bien, ya veo…
— ?Que ves? Esta oscuro…
— Pero aun asi veo bi…bien…
— Por favor, escucheme…; no tengo precio, soy muy valioso; encontraba cualquier perdida de energia, cualquier escape de fluido, cualquier tension excesiva; se lo ruego, pongame a prueba. Este…, este temblor es pasajero, no tiene nada que ver con…, se lo ruego.
— Porr fevorr, senorr, le rrego…
— Una masa por cabeza; tomaban a la propia fermentacion por espiritu, a la carne desgarrada por historia y a los medios contra la descomposicion por civilizacion…
— A mi, por favor, solo a mi…, es un error…
— Porr fevorr, senorr, le rrego…
— Os salvare…
— ?Quien es…?
— ?Que…?
— ?Quien salva?
— Repetid conmigo: el fuego no me engullira y el agua no me convertira del todo en herrumbre, los dos elementos me conduciran hasta la puerta…
— ?Shshshsh!
— Contemplacion de los catodos.
— Catodoplacion.
— Estoy aqui por un error… Pienso…, puedo pensar..
— Soy el espejo de la traicion…
— Senor…, a su servicio…, le rrego, coidado, porr fevorr…
— Salvacion de los inmortales… Salvacion de las nebulosas… Salvacion de las estrellas…
— ? Esta aqui! — proclamo un grito.
Y de repente reino un silencio que con su indescriptible tension fue todavia mas penetrante que el anterior coro de voces.
— ?Senor! — exclamo algo; ignoraba la causa de mi certeza, pero adivine que esta palabra iba dirigida a mi. No reaccione.
— Senor, se lo ruego, atienda un momento. Senor, yo… soy diferente. Estoy aqui por un error…
Una confusion de voces.
— ?Silencio! ?Yo estoy vivo! — grito para dominar el estruendo —. Es cierto, me metieron aqui, me recubrieron de hojalata a proposito, para que no se vea, pero acerque la oreja, ?vera como me oye el pulso!
— ?Yo tambien! — exclamo otra voz —. ?Yo tambien! ? Senor! Cai enfermo, y durante mi enfermedad pense que era una maquina. ?Tal fue mi desvario, pero ahora ya estoy sano!
Hallister, el senor Hallister puede confirmarselo, ?se lo ruego, preguntele! ?Saquenme de aqui, por favor!
— Porr fevorr, senorr…, se lo rrego.
— Break, break.
— A su servicio…
La barraca retumbaba y crujia al son de las voces oxidadas, y de repente un angustioso grito la invadio. Retrocedi y salte hacia el sol, deslumbrado, parpadeando; me quede largo rato con la mano sobre los ojos y oi detras de mi un ruido prolongado y rechinante; era el robot, que cerraba la puerta y pasaba el cerrojo.
— Senor… — se oia todavia una voz ahogada detras de la pared —. Se lo ruego…, a su servicio…, un error…
Pase por delante del pabellon de cristal; no sabia adonde ir, pero queria alejarme lo mas posible de aquellas voces, no volver a oirlas; y me estremeci cuando de pronto alguien me toco el hombro. Era Marger, el rubio, apuesto y sonriente Marger. — Ah, perdoneme, senor Bregg, le pido mil perdones. He tardado mucho…
— ?Que ocurrira con ellos? — le interrumpi casi con brusquedad, senalando con la mano la barraca aislada.
— ?Como dice? — Sus parpados temblaron —. ?Con quien? — De improviso me comprendio —.
?De modo que ha estado alli? No era necesario…
— ?Que quiere decir con que no era necesario?
— Es chatarra.
— ?Que?
— Chatarra para fundir despues de la seleccion. ?Nos vamos? Tenemos que firmar los papeles.
— Un momento. ?Quien realiza esa… seleccion?
— ?Quien? Los robots.
— ?Que? ?Ellos solos?
— Pues claro.
Al fijarse en mi mirada, enmudecio.
— ?Por que no son reparados?
— Porque no compensa — dijo lentamente, con expresion de asombro.
— ?Y adonde los llevan?
— ?La chatarra? La transportan hasta alli — y senalo el alto y solitario horno Siemens-Martin.
Sobre la mesa de la oficina ya estaban preparados los papeles — el documento de control y otros papeluchos —. Marger relleno las columnas correspondientes, firmo y me alargo la estilografica. Yo la hice girar entre los dedos.
— ?Y no existe ninguna posibilidad de error?
— ?Como?