nado, a casi doscientos metros de la orilla, y ha vuelto con treinta ostras para que me las coma. Su desesperacion me turba hasta el punto de que yo casi tampoco como. Hace seis dias que dura esta situacion. Lali esta acostada, con fiebre. En seis dias, solo se ha tomado el zumo de algunos limones. Zoraima come solo una vez al dia, hacia las doce. Yo no se que hacer. Estoy sentado al lado de Lali. Ella esta tendida en el suelo sobre una hamaca que he doblado para hacerle una especie de colchon; contempla el techo de la casa sin moverse. La miro, miro a Zoraima con su vientre hinchado y, no se exactamente por que, rompo a llorar. ?Por mi? ?Por ellas? ?Vete a saber! Lloro, gruesas -lagrimas me resbalan por las mejillas. Zoraima, al verlas, se pone a gemir y, entonces, Lali vuelve la cabeza y me ve llorando. Bruscamente, se levanta, se sienta entre mis piernas, gimiendo quedamente. Me besa y me acaricia. Zoraima me ha rodeado los hombros con el brazo y Lali se pone a hablar, habla mientras gime y Zoraima le contesta. Parece hacerle reproches a Lali. Lali toma un trozo de azucar del tamano de un puno, me muestra que lo diluye en agua y se la traga en dos sorbos. Luego, sale con Zoraima, oigo que tiran del caballo que encuentro ensillado cuando salgo, con el freno puesto y las bridas atadas al pomo de la silla. Pongo la chaqueta de camero para Zoraima y, en la silla, Lali pone, doblada, una hamaca. Zoraima monta delante, casi sobre el cuello del caballo, yo en medio y Lali detras. Estoy tan desorientado que me voy sin saludar a nadie ni avisar al jefe.

Lali tira de la brida pues, creyendo que ibamos a casa del brujo, yo habia tomado esa direccion. No, Lali tira de la brida y dice: “Zorrillo.” Durante el camino, bien aferrada a mi cintura, me besa varias veces en el cuello. Yo sostengo las bridas con la izquierda y con la derecha acaricio a mi Zoraima. Llegamos al poblado de Zorrillo cuando el acaba de regresar de Colombia con tres asnos y un caballo cargado hasta los topes. Entramos en la casa. Lali es la primera en hablar, luego Zoraima.

Y he aqui lo que me explica Zorrillo: hasta el momento que llore, Lali creia que yo era un blanco que no le concedia ninguna importancia. Que iba a marcharme, eso Lali lo sabia, pero que yo era falso como la serpiente, puesto que nunca se lo habia dicho ni dado a entender. Dice que estaba profundamente decepcionada, pues sabia que una india como ella podia hacer feliz a un hombre, que un hombre satisfecho no se va, que pensaba que no habia razon para seguir viviendo tras un fracaso tan grave. Zoraima dice lo mismo, y ademas que tenia miedo de que su hijo saliese al padre: un hombre sin palabra, falso, que pediria a sus mujeres cosas tan dificiles de hacer, que ellas, que darian su vida por el, no podrian comprender. ?Por que huia de ella como si fuese el perro que me mordio el dia de mi llegada? Conteste:

– ?Que harias, Lali, si tu padre estuviese enfermo?

– Caminaria sobre espinas para ir a cuidarle.

– ?Que harias, si te hubiesen cazado como a una bestia para matarte, el dia que no pudieras defenderte?

– Buscaria a mi enemigo en todas partes, para enterrarle tan hondo que ni siquiera pudiera revolverse en su hoyo.

– Una vez cumplidas todas esas cosas, ?que harias si tuvieses dos maravillosas mujeres que te esperan?

– Regresaria a caballo.

– Es lo que hare, puedes estar segura.

– ?Y, si cuando vuelvas, soy vieja y fea?

– Volvere mucho antes de que seas fea y vieja.

– Si, has dejado que brote agua de tus ojos, Nunca podras hacer eso adrede. Puedes irte cuando quieras, pero debes irte a la luz del dia, delante de todo el mundo y no como un ladron. Debes irte como viniste, a la misma hora de la tarde, enteramente vestido. Debes decir quien ha de velar por nosotras dia y noche… Zato es el jefe, pero tiene que haber otro hombre que vele por nosotras. Debes decir que la casa sigue siendo tu casa, que ningun hombre salvo tu hijo, si es un hombre lo que haya en el vientre de Zoraima, ningun hombre, pues, debe entrar en tu casa. Para eso, Zorrillo debe venir el dia que te vayas. Para que diga todo lo que tu tengas que decir.

Hemos dormido en casa de Zorrillo. Ha sido una noche deliciosamente tierna y dulce. Los murmullos, los ruidos de las bocas de esas dos hijas de la naturaleza tenian sonidos de amor tan turbadores, que estaba conmovido. Hemos vuelto a caballo los tres, despacio a causa del vientre de Zoraima. Debo irme ocho dias despues de la primera luna, pues Lady quiere decirme si es seguro que esta encinta. La luna pasada, no tuvo la regla. Tiene miedo de equivocarse, pero si esta luna sigue sin ver sangre, entonces es que un hijo esta germinando. Zorrillo debe traer todas las ropas que he de ponerme: tengo que vestirme alli tras haber hablado como guajiro, es decir, desnudo. La vispera, deberemos ir a ver al brujo los tres. El nos dira si en la casa deben cerrar mi puerta o dejarla abierta. Ese regreso lento, a causa del vientre de Zoraima, no ha sido empanado por ninguna tristeza. Ellas dos prefieren saberlo, que quedar abandonadas y en ridiculo ante las mujeres y los hombres del poblado. Cuando Zoraima tenga su hijo, tomara un pescador para sacar muchas perlas que me guardara. Lali pescara mas tiempo todos los dias para estar ocupada tambien. Siento no haber aprendido a decir mas de una docena de palabras en guajiro. ?Les diria tantas cosas que no pueden ser dichas a traves de un interprete! llegamos. Lo primero que debemos hacer es ver a Zato para darle a entender que siento haberme ido sin decir nada. Zato es tan noble como su hermano. Antes de que hable, ya me ha puesto la mano en el cuello y dice: “Gil (callate).” La luna nueva sera dentro de unos doce dias. Con los ocho que debo aguardar despues, dentro de veinte dias estare en camino.

Mientras vuelvo a mirar el mapa, cambiando ciertos detalles en la forma de pasar los poblados, pienso de nuevo en lo que me ha dicho Justo. ?Donde sere mas feliz que aqui, donde todo el mundo me quiere? ?No voy a labrarme mi propia desgracia volviendo a la civilizacion? El futuro lo dira.

Estas tres semanas han pasado como un soplo. Lali ha tenido la prueba de que esta encinta. Van a ser dos o tres hijos los que esperen mi regreso. ?Por que tres? Ella me dice que su madre ha tenido gemelos dos veces. Hemos ido a casa del brujo. No, no deben cerrar la puerta. Solo deben poner una rama de arbol atravesada. La hamaca en la que dormiamos los tres debe ser tendida del techo de la choza. Ellas dos deben dormir siempre juntas, pues no son mas que una. Luego, nos hace sentar junto a la lumbre, le echa hojas verdes y nos envuelve en humo durante mas de diez minutos. Nos hemos vuelto a casa, a esperar a Zorrillo, quien, en efecto, llega aquella misma noche. En torno de la lumbre, delante de mi choza, hemos pasado toda la velada hablando. A cada uno de los indios les he dicho, a traves de Zorrillo, una palabra amable y cada uno, a su vez, contestaba tambien algo. Al salir el sol, me he retirado con Lali y Zoraima. Hemos hecho el amor durante todo el dia. Zoraima se pone encima de mi para sentirme mejor dentro de ella y Lali se enrosca como una hiedra clavada en su sexo que late como un corazon. Por la tarde, me marcho. Traducido por Zorrillo, digo:

– Zato, gran jefe de esta tribu que me ha acogido, que me lo ha dado todo, debo decirte que es necesario que me permitas que os deje para muchas lunas.

– ?Por que quieres dejar a tus amigos?

– Porque es necesario que vaya a castigar a quienes me persiguieron como a una fiera. Gracias a ti, he podido, en tu poblado, estar a resguardo, he podido vivir dichoso, comer bien, tener amigos nobles, mujeres que han puesto sol en mi pecho. Pero eso no debe transformar a un hombre como yo en un animal que, por haber hallado refugio calido y bueno, se queda en el toda la vida por miedo de tener que sufrir luchando. Voy a afrontar a mis enemigos, voy a ver a mi padre, que me necesita. Aqui dejo mi alma, en mis mujeres Lali y Zoraima, en los hijos fruto de nuestra union. Mi choza es de ellas y de mis hijos que naceran. Espero que tu, Zato, si alguien lo olvidara, se lo recuerdes. Pido que, ademas de tu vigilancia personal, un hombre que se llama Usli proteja dia y noche a mi familia. Os he querido mucho a todos y siempre os querre. Voy a hacer todo lo que pueda para regresar muy pronto. Si muero en el cumplimiento de mi deber, mi pensamiento ira hacia vosotros, Lali, Zoraima y mis hijos, y a vosotros, indios guajiros, que sois mi familia.

Entro en mi choza seguido por Lali y Zoraima. Me visto: camisa y pantalon caqui, calcetines' botas hasta media pierna.

Durante mucho rato he vuelto la cabeza para ver trozo a trozo ese poblado idilico en el que he pasado seis meses. Esta tribu guajira tan temida, tanto por las otras tribus como por los blancos, ha sido para mi un puerto donde respirar, un refugio sin igual contra la maldad de los hombres. En el he encontrado amor, paz, tranquilidad y nobleza. Adios, guajiros, indios salvajes de la peninsula colombo-venezolana. Por suerte, tu vasto territorio es disputado y libre de toda injerencia de las dos civilizaciones que te rodean. Tu salvaje forma de vivir y de defenderte me ha ensenado una cosa muy importante para el futuro: que vale mas ser un indio salvaje que un magistrado licenciado en Letras.

Adios, Lali y Zoraima, mujeres incomparables, de reacciones tan proximas a la naturaleza, sin calculo, espontaneas y que, en el momento de irme, con toda sencillez, han puesto en un talego de lona todas las perlas que habia en la choza. Volvere, estoy seguro, de ello. ?Cuando? ?Como? No lo se, pero me prometo regresar.

Hacia el final de la tarde, Zorrillo monta a caballo y salimos en direccion de Colombia. Llevo un sombrero de paja. Camino tirando a mi caballo de la brida. Todos los indios de la tribu, sin excepcion, se tapan la “cara con el brazo izquierdo y extienden hacia mi el brazo derecho. De este modo, me significan que no quieren verme partir, que eso les causa demasiada pena y levantan la mano como haciendo ademan de retenerme. Lali y Zoraima me acompanan casi cien metros. Crei que iban a besarme cuando, bruscamente, lanzando alaridos, se han ido corriendo hacia nuestra casa, sin volverse.

QUINTO CUADERNO. RETORNO A LA CIVILIZACION

Prision de Santa Marta

Salir del territorio de la Guajira india no resulta dificil y cruzamos sin novedad los puestos fronterizos de La Vela. A caballo, podemos recorrer en dos dias lo que yo necesite tanto tiempo para hacer con Antonio. Pero no solo hay peligro en esos puestos fronterizos, tambien existe una faja de mas de ciento veinte kilometros hasta Rio Hacha, la aldea de donde me evadi.

Con Zorrillo a mi lado, he hecho mi primera experiencia de conversacion en una especie de posada donde venden bebidas y comida, con un paisano colombiano. No he salido mal del paso y, tal como me habia dicho Zorrillo, tartamudear fuerte ayuda mucho a disimular el acento y la forma de hablar.

Hemos reanudado la marcha hasta Santa Marta. Zorrillo debe dejarme a mitad de camino y, esta misma manana, se volvera atras.

Zorrillo me ha dejado. Hemos decidido que el se llevaria el caballo. En efecto, poseer un caballo es tener un domicilio, pertenecer a un poblado determinado y, entonces, correr el riesgo de verse obligado a contestar preguntas embarazosas: ?Conoce usted a Fulano? ?Como se llama el alcalde? ?Que es de la senora? ?Quien es el amo de la fonda?

No, vale mas que siga a pie, viajar en camion o autocar y, despues de Santa Marta, en tren. En esta region debo ser un forastero para todo el mundo, un forastero que trabaja en cualquier sitio o hace cualquier cosa.

Zorrillo me ha cambiado tres monedas de oro de cien pesos. Me ha dado mil pesos. Un buen obrero gana de ocho a diez pesos diarios, asi pues, tengo con que mantenerme bastante tiempo. Me he subido a un camion que va hasta muy cerca de Santa Marta, puerto de bastante importancia, a ciento veinte kilometros aproximadamente de donde me ha dejado Zorrillo. Ese camion va a buscar cabras o chotos, no lo se muy bien.

Cada seis o diez kilometros, siempre hay una taberna. El chofer se apea y me invita. Me invita, pero pago yo. Y cada vez se toma cinco o seis copas de un alcohol de fuego. Yo finjo que me tomo una. Cuando hemos recorrido unos cincuenta kilometros, esta borracho como una cuba. Esta tan ebrio, que se equivoca de carretera y se mete en un camino fangoso donde el camion se atasca y del que no podemos salir. El colombiano no se preocupa: se tumba en el camion, atras, y me dice que yo

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