Y, de nuevo, lo explico todo, de cabo a rabo.

– ?Cristacho! -exclama el corso-. Es usted un tipo raro, Papillon. Arregleselas con Brutus, pero si mata a otro, no lo salvara nadie, ni siquiera el comandante. Le pongo de nuevo como boyero. Arregleselas para que Brutus trabaje.

Dos dias despues, con la carreta reparada por los obreros del taller, Brutus, acompanado por su legitima Marguerite, reanudaba los acarreos cotidianos de agua de mar. Y yo, cuando llegabamos al llano donde descansaba con la carreta bien calzada con piedras, le decia:

– ?Donde esta Danton, Brutus?

Y aquel mastodonte, de un solo tiron, ponia en marcha la carreta y, con paso alegre, como el vencedor, terminaba el trayecto de una tirada.

Revuelta en San Jose

Las Islas son en extremo peligrosas a causa de esta falsa libertad de que se goza. Sufro al ver a todo el mundo asentado comodamente para vivir sin historia. Unos esperan el fin de su condena y otros, simplemente, se revuelcan en sus vicios.

Esta noche, estoy tendido en mi hamaca. Al fondo de la sala se ha organizado una timba infernal, hasta el punto de que mis dos amigos, Carbonieri y Grandet, se han visto obligados a ponerse de acuerdo para dirigir el juego. Uno solo no habria bastado. Yo trato de evocar mis recuerdos del preterito. Se me resisten. Parece como si los juicios no hubiesen existido jamas. Debo esforzarme en esclarecer las imagenes brumosas de aquella jornada fatal, y no alcanzo a ver con nitidez a ningun personaje. Tan solo el fiscal se presenta en toda su cruel realidad. ?Maldita sea! Creia haberte ganado definitivamente cuando me vi en Trinidad, en casa de los Bowen. ?Que maleficio me echaste, so cerdo, para que seis fugas no hayan conseguido darme la libertad? La primera vez, cuando recibiste noticia de ello, ?pudiste dormir tranquilo? Quisiera saber si tuviste miedo o solo rabia al saber que tu presa se te habia escapado, en el camino de la podredumbre a la que la habias arrojado, cuarenta y tres dias despues. Yo habia roto la jaula. ?Que fatalidad me ha perseguido para volver a presidio al cabo de once meses? ?Acaso me ha castigado Dios por haber despreciado la vida primitiva pero tan hermosa que hubiera podido continuar viviendo tanto tiempo como hubiera querido?

Lali y Zoraima, mis dos amores, aquella tribu sin gendarmes, sin otra ley que la mayor comprension entre los seres que la constituyen… Si; estoy aqui por mi culpa, pero solo debo pensar en una cosa: evadirme, evadirme o morir. Si, cuando supiste que habian vuelto a capturarme para devolverme a presidio, recuperaste tu sonrisa de vencedor del juicio y pensaste: “Todo esta bien asi, con el de nuevo en el camino de la podredumbre donde yo lo habia puesto.” Te equivocas. Mi alma, mi espiritu jamas perteneceran a ese camino degradante. Tan solo tienes mi cuerpo; tus vigilantes, tu sistema penitenciario comprueban por dos veces todos los dias que no me he ido y, con eso, os basta. A las seis de la manana:

– ?Papillon?

– Presente.

A las seis de la tarde:

– ?Papillon?

– Presente.

Entonces,. todo va bien. Hace casi seis anos que lo tenemos; debe empezar a pudrirse y, con un poco de suerte, uno de estos dias, la campana llamara a los tiburones para recibirlo con todos los honores en el banquete cotidiano que les ofrece gratuitamente tu sistema de eliminacion por desgaste.

Te equivocas; tus calculos no son exactos. Mi presencia fisica nada tiene que ver con mi presencia moral. ?Quieres que te diga una cosa? No pertenezco al presidio; no estoy asimilado en absoluto a las costumbres de mis companeros de cautiverio, ni siquiera a las de mis amigos mas intimos. Soy candidato permanente a la fuga. Estoy conversando con mi acusador en el juicio, cuando dos hombres se acercan a mi hamaca.

– ?Duermes, Papillon?

– No.

– Quisieramos hablar contigo.

– Hablad. Aqui no hay nadie que pueda oiros si hablais bajo.

– Bien, ahi va: estamos preparando una revuelta.

– ?Que plan teneis?

– Primero, matamos a todos los arabes, a todos los guardianes, a todas las mujeres y a todos los crios, que son de la raza de los podridos. Para eso, yo, Amaud, y mi amigo Hautin, ayudados por cuatro hombres que estan de acuerdo, atacaremos el deposito de armas de la comandancia. Trabajo alli para conservar las armas en buen estado. Hay veintitres metralletas y mas de ochenta fusiles, mosquetones y «Lebel». El golpe se dara…

– Detente, no sigas. Me niego a participar. Agradezco tu confianza, pero no estoy de acuerdo.

– Pensabamos que aceptarias ser el jefe de la revuelta. Deja que te de los detalles que hemos estudiado, y veras que no puede fracasar. Hace cinco meses que preparamos el asunto. Estan de acuerdo mas de cincuenta hombres.

– No me des ningun nombre; me niego a ser el jefe e incluso a participar en este golpe.

– ?Por que? Despues de la confianza que hemos tenido de decirtelo, nos debes una explicacion.

– Yo no te he pedido que me contaras tus proyectos. Por otra parte, en la vida, solo hago lo que quiero yo, no lo que quieren los demas. Sabes que no soy asesino consumado. Puedo matar a alguien que me haya hecho una cochinada, pero no a mujeres y a crios inocentes. Pero lo peor no es eso, lo peor, y me extrana que no lo veais, es otra cosa, y voy a decirosla: aunque triunfeis en la revuelta, fracasareis.

– ?Por que?

– Porque lo principal, evadiros, es imposible. Admitamos que cien hombres sigan la revuelta. ?Como partiran? Solo hay dos lanchas en las Islas. Como mucho, entre las dos, no pueden llevar a mas de cuarenta hombres. ?Que hareis con los sesenta restantes?

– Nosotros estaremos entre los cuarenta que partan en las lanchas.

– Eso es lo que tu te crees, pero los otros no son tan idiotas. Estaran armados como vosotros, y si cada uno de ellos tiene un poco de cerebro, cuando todos los que has dicho vayan a ser eliminados, acabareis a tiros entre vosotros para conseguir un sitio en una de, las embarcaciones. Pero lo peor de todo es que ningun pais querra admitir esas dos lanchas, y los telegramas llegaran antes que vosotros a todos los posibles paises adonde podais ir, sobre todo habiendo dejado una legion de muertos tan numerosa a vuestras espaldas. En todas partes sereis detenidos y devueltos a Francia. Ya sabeis que vengo de Colombia, asi que se lo que me digo. Os aseguro que, despues de semejante golpe, os devolveran en todas partes.

– Bien. Entonces, ?no aceptas?

– No.

– ?Es tu ultima palabra?

– Es mi decision irrevocable.

– No nos queda mas que marcharnos.

– Un momento. Os pido que no hableis de este proyecto a ninguno de mis amigos.

– ?Por que?

– Porque, ya por adelantado, os digo que se negaran, asi que no vale la pena perder tiempo.

– Muy bien.

– ?Creeis que no habra algun medio de abandonar ese proyecto?

– Francamente, Papillon, no.

– No comprendo vuestro ideal, puesto que, os lo advierto muy seriamente, aunque la revuelta triunfe, no alcanzareis la libertad.

– Sobretodo, lo que queremos es vengarnos. Y ahora que nos has puesto al corriente de la imposibilidad de que un pais nos admita, ?pues bien! cogeremos los trastos y formaremos una banda en la selva virgen.

– Teneis mi palabra de que no hablare de esto ni siquiera a mi mejor amigo.

– De eso, estamos seguros.

– Bien. Una cosa: advertidme con ocho dias de antelacion, para irme a San Jose y no estar en Royale cuando estalle la revuelta.

– Seras advertido a tiempo para que puedas cambiar de isla.

– ?No puedo hacer nada para conseguir que cambieis de idea? ?Quereis planear otra cosa conmigo? Por ejemplo, robar cuatro mosquetones y, una noche, atacar el puesto de guardia de las lanchas, sin matar a nadie, tomar una embarcacion y marcharnos juntos.

– No. Hemos sufrido demasiado. Lo principal, para nosotros, es la venganza, incluso al precio de nuestra vida.

– ?Y los crios? ?Y las mujeres?

– Todos son de la misma raza, de la misma sangre; es preciso que la espichen todos.

– No hablemos mas.

– ?No nos deseas buena suerte?

– No. Os digo que renuncieis, hay mejores planes que esa cochinada.

– ?No admites nuestro derecho a vengarnos?

– Si, pero no a costa de los inocentes.

– Buenas noches.

– Buenas noches. No hemos dicho nada, ?de acuerdo, Papi?

– ?De acuerdo, machos!

Y Hautin y Arnaud se retiran. ?Que historia mas rara! ?Que imbeciles son, esos dos, aparte de otros cincuenta o sesenta que, a la hora H, seran mas de cien! ?Que historia de locos! Ninguno de mis amigos me ha dicho una palabra; asi, pues, esos dos tipos no han debido hablar mas que a los lechuzos. Es imposible que hombres destacados esten mezclados en este golpe. Lo que es mas grave, pues los asesinos de esa especie son los peores; los otros son homicidas que no es lo mismo.

Esta semana me he informado muy discretamente sobre Arnaud y Hautin. Arnaud ha sido condenado, injustamente al parecer, a perpetuidad por un asunto que no merecia ni diez anos.

El jurado lo condeno con tanta severidad porque, el ano anterior, su hermano habia sido guillotinado por haber matado a un sujeto. Arnaud, debido a que el fiscal hablo mas de su hermano que de el para crear una atmosfera hostil, fue condenado a aquella terrible pena. Tambien fue horriblemente torturado a raiz de su

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