que decirles a todos mis conocidos: «Mi hijo se ha ido a estudiar a una escuela en Paris», y tendria que verle alli, en el escenario, igual que desde alli solamente habia visto a Niki. Quiza yo pasaria tambien sesenta anos en el teatro, como mi padre, y cada uno de esos anos la familia imperial vendria a verme desde su palco, y yo bailaria para ellos primero como princesa, y luego como Reina Madre, y finalmente, al fin, como vieja bruja, una anciana que solo se hace ver cuando tiene la capacidad de asustar, hacer dano o divertir. La familia llegaria, como siempre, por la larga calle privada, donde los saludaria el director de los Teatros Imperiales, y luego los escoltarian a traves del paso privado hasta sus sillas en el dorado proscenio del palco, que tanto en diseno como en ornamentacion se hace eco del escenario, y finalmente, el zar Nicolas II se quedaria alli de pie con el pelo blanco junto a Alix, con su tiara en el pelo tambien blanco, y sus hijas, con la rebosante belleza de su edad adulta, y con ellos el zarevich, el hijo del zar, mi hijo, tambien adulto, con su uniforme rojo y dorado de los guardias Preobrazhensky, el regimiento mas antiguo de Petersburgo, creado por Pedro el Grande en persona, y al hacer su aparicion la emocion cundiria entre el publico y entre los bailarines del escenario, esperando que se abriese el telon… «La familia imperial, esta aqui la familia imperial.» Y entonces, a una senal del director, la orquesta empezaria a tocar la obertura y, con una sacudida, el telon se deslizaria a los lados y hacia arriba, hacia la pasarela, y yo correria hacia delante por las tablas inclinadas del escenario hacia el publico, hacia la familia imperial junto a la cual habria envejecido, y un dia, cuando mirase hacia el palco imperial pidiendo permiso para interpretar un bis, mi hijo seria el que me lo concederia.

Pero todo aquello no iba a ocurrir aun. El verano siguiente, 1914, mi hijo todavia se encontraba conmigo, y Rusia estaba en guerra con Austria y Alemania.

Soldaditos de juguete

En todas las ciudades de Rusia, de este a oeste, desde Odesa a Irkutsk, las banderas rojas de la revolucion de repente se vieron sustituidas todas por retratos del zar e iconos santos, y el campo se unio espontaneamente contra un nuevo enemigo: los austriacos, que amenazaban al pueblo eslavo, y los alemanes, que eran aliados de Austria. La embajada alemana en Petersburgo fue destrozada por la turba, tiraron las estatuas ecuestres que habia en su tejado a la calle, donde enormes trozos de cabezas de caballo, patas de caballo y cuerpos de caballo quedaron alli tirados como si los hubieran dinamitado, en medio de la calzada. En Moscu arrojaban los pianos Bechstein y Bluthner desde los pisos altos de la tienda de alquiler de pianos, supongo que porque encontraban satisfactorio echar objetos grandes a la calle desde gran altura. El nombre de la capital se cambio del germanico Petersburgo al eslavo Petrogrado. Pero yo siempre la llame Petersburgo, no Petrogrado, ni Leningrado, ni Stalingrado, y se que un dia volvera a ser San Petersburgo. Ya no se interpretaba a Bach, Brahms y Beethoven en concierto. Los arboles de Navidad quedaron prohibidos por el Santo Sinodo para las vacaciones de 1914: lo del arbol de Navidad con lucecitas encendidas era una costumbre alemana. A todos aquellos que hablaban ingles, frances o italiano por la calle (los rusos corrientes eran demasiado ignorantes para distinguir el frances del aleman, bonjour de guten tag) se les abucheaba diciendo: «Nemtsy! ?Alemanes!».

Sergio desenrollo un gran mapa de Europa y Rusia en el escritorio de la habitacion de Vova y este, muy emocionado, saco todos sus soldaditos de plomo a la mesa para colocarlos donde le senalaba Sergio mientras le explicaba las batallas. Aqui en Sarajevo fue donde el heredero del trono de Austria-Hungria, Francisco Fernando, murio a manos de un asesino serbio, y alli Vova coloco a uno de sus hombres, echado. Aqui, en Viena, fue donde el emperador Francisco Jose redacto un ultimatum exigiendo que a los oficiales austriacos se les permitiese entrar en Serbia para suprimir todo sentimiento antiaustriaco y arrestar a todos los oficiales antiaustriacos. Vova coloco un hombre de pie en Viena y le hizo una diminuta corona de papel. Y aqui, en Belgrado, fue donde el principe coronado serbio telegrafio al zar a San Petersburgo requiriendo su ayuda, ya que por tradicion el zar era protector de todos los pueblos eslavos. Nuestra ciudad Vova la conocia bien, y paso un rato buscando la figura adecuada para representar al zar, y finalmente cogio al soldado mas alto de la caja, aunque Niki, claro, no era tan alto. Pero a pesar de la mediacion del zar, los austrohungaros atacaron Belgrado (Vova coloco canones aqui y alla, y Sergio senalo el lugar donde se movilizaron los rusos, a lo largo de la frontera austriaca). Luego, el kaiser declaro que Alemania entraria en la guerra para ayudar a su aliada, Austria-Hungria, y empezo a enviar tropas a traves de Belgica al norte de Francia, para evitar que los ejercitos del zar fuesen transportados por ferrocarril a traves de Francia hasta Alemania. Entonces Francia entro en la guerra. Los ejercitos del zar empezaron a luchar tanto al norte como al sur: al norte contra los alemanes, donde tuvieron muchas bajas, y al sur contra los austriacos, donde obtuvieron un mayor exito. El ejercito ruso en el sur se desplazo hasta Gorlice, Cracovia, Lodz y los montes Carpatos. A lo largo de todas las batallas de 1914, Vova fue moviendo sus soldaditos de plomo regularmente hacia el suroeste, y al norte los fue dejando caer de espaldas, muertos. Sergio le dijo a Vova que el zar tenia un mapa exactamente igual que aquel en su estudio del palacio Alexander, donde no podia entrar nadie mas, y que guardaba la llave de aquella habitacion en el bolsillo. El zar queria aprovechar aquella guerra para ampliar el pais, dijo Sergio, para hacer una Rusia mas grande todavia, para extenderse por encima de la Prusia del este hasta las bocas del Vistula y por encima de Bucovina a los Carpatos. Armenia quedaria anexionada, los turcos musulmanes empujados fuera de Europa y de vuelta hacia Asia Menor. El estrecho del Bosforo y la ciudad santa de Constantinopla pertenecerian a la Rusia ortodoxa, como debia ser. El Imperio germanico, que segun me dijo Sergio, Alix encontraba tan cambiado con respecto a la Alemania de su ninez, ya que se habia visto transformado por la perfidia y la ambicion del kaiser (?que en tiempos estuvo enamorado de su propia hermana!), debia ser aplastado, le exigia ella a Niki. Sergio le dijo a Vova que Alemania, una vez aplastada, quedaria dividida entre Francia, Inglaterra y Dinamarca, y que la casa de Hohenzollern, que era la del kaiser, ya no existiria, y que no le daba ninguna pena, y Vova asintio. Y yo asenti tambien. Una Rusia mas importante significaba tambien un zar mas importante, un futuro zar mas importante, y Alix y yo estabamos de acuerdo en nuestro deseo de que asi fuera. Cada dia Vova acosaba a Sergio para que le diera noticias de la guerra y me pedia que le lavase su uniforme de primer curso de cadete, porque era lo unico que se ponia. Pero yo de buena gana lo hacia lavar, contenta de que estuviera en casa conmigo y no en la escuela militar, donde planeaba enviarle aquel otono, de no haber interrumpido la guerra nuestros planes. Sentia muchisimo que hubiese guerra, pero no sentia tener a Vova en casa. Quiza, como mi padre, que queria tener cerca a todos sus hijos, yo tambien queria tener a mi hijo a mi lado, para poder consentirlo y mimarlo y para perpetuar su amor puro y sin diluir por mi, ya que tenia tan poco, aun diluido, por parte del zar. Pero habia otros motivos para mantener cerca a Vova. A causa de la perdida de muchos oficiales en el frente del norte, a los graduados de las escuelas militares se les entregaban sus destinos muy pronto y eran enviados a reemplazarlos. Aunque nuestros oficiales permitian que sus hombres de la infanteria se arrastrasen por el suelo mientras avanzaban bajo fuego enemigo de ametralladora, su orgullo ruso no les permitia hacerlo, y por tanto, con su vistoso uniforme, los oficiales avanzaban de pie en la batalla y los abatian con gran facilidad, agarrados a las lanzas, sables y bayonetas que no vivian el tiempo suficiente para usar. De modo que los oficiales nuevos, adolescentes con la escuela reciente, los iban reemplazando, y la infanteria del Segundo y Tercer Ejercito reemplazaba a los soldados del Primero, y esos hombres apenas estaban entrenados (algunos ni siquiera sabian sostener un rifle) y los peores estaban acuartelados en nuestras ciudades para protegernos de los alemanes. Cuando la guerra se fue alargando y se reavivaron los sentimientos revolucionarios, esos soldados acuartelados se volvieron contra nosotros, como los hombres en el campo de batalla se volvian contra sus oficiales jovenes e inexpertos. Pero todavia no… eso todavia estaba por llegar.

?Como era la vida en Peter durante la guerra? Al principio no era demasiado distinta. Los canones de la fortaleza de Pedro y Pablo todavia marcaban la hora del mediodia; los cisnes todavia nadaban por las aguas de los canales a lo largo del Campo de Marte. Los tes marcaban las onomasticas y se bautizaba a los ninos, las hojas se ponian amarillas, luego doradas, y despues se caian, los ninos emprendian batallas con bolas de nieve ante el telon de un cielo invernal color rosa. Largos carruajes todavia llevaban a los alumnos mas pequenos del teatro al Mariinski por las tardes, y los teatros del zar seguian presentando sus temporadas, aunque nosotros, en el Mariinski, volviamos ahora al consuelo de los antiguos clasicos, sacando de los almacenes nuestros viejos trajes, y

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